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Ataque Corsario

  Prólogo. La luna ve tu alma.

  Habían pasado varios a?os desde el tratado de Guglielma en la ciudad de Bohemia. Las cosas estaban marchando mejor. Luego de ciento cincuenta a?os de conflictos, pocos podían recordar la incertidumbre cuando iniciaron las guerras periféricas (GP). Sin embargo, este mundo había avanzado tanto que hasta los viejos enemigos tenían espacio para amarse.

  En la ciudad de Iriditia, una joven pareja tenía una cena romántica a la luz de la luna. Eran del tipo tradicional: un hombre de piel similar a la porcelana, de talla alta, cabello dorado y trenzado; su cuerpo musculoso estaba moldeado por cientos de batallas.

  Al otro lado de la mesa, una chica alta y de tez oscura, proveniente de Tauret, mostraba con su físico el rigor de su entrenamiento militar, que incluía una marca en su cabeza rapada. Ella agitaba una copa de vino de palma con su brazo robótico mientras miraba a su esposo con ternura. De repente, de su boca escaparon algunas palabras:

  


  — Oye, Chimi... ?te gustaría tener un bebé?

  — ?Un bebé? —respondió, casi atorándose con la saliva—. ?A qué viene todo esto, Droma?

  La mujer se sonrojó e inclinó la cabeza, dando indicios de incomodidad. Chimi se dio cuenta, así que se acomodó para darle un masaje. Al notar que ella se tranquilizaba, bajó las manos hacia su cintura, le dio unos besos en el cuello y le susurró al oído:

  


  — Discúlpame, me tomaste por sorpresa. Por supuesto que quiero.

  Droma colocó sus manos sobre las de Chimi mientras cruzaban miradas. Su intención era asegurarse de que no había problema. Cuando por fin estuvieron calmados, se explicó mejor:

  


  — Mi antigua yo nunca habría querido un hijo... pero hemos pasado, por tanto. Aunque, si no es tu deseo, puedo entenderlo. Sé que te preocupan las secuelas del virus VI.

  Chimi tomó delicadamente su mentón, le dio un beso profundo y respondió:

  


  — Pese a ser portador del virus, estoy inmunizado. Estaré ahí para mi descendencia.

  En ese momento, el fluido eléctrico comenzó a fallar. Conforme se intercalaban la luz y la oscuridad, los cuerpos se veían más desnudos. Cada uno repasaba con sus labios las cicatrices del otro. Cuando al fin yacieron desnudos, la oscuridad imperó en el dormitorio.

  


      
  1. Lunar Lab.


  2.   


  En medio del espacio, una nave peque?a con una tripulación entre los 15 y 25 a?os, anualmente eran seleccionados para especializarse en la luna, cada ser humano en la tierra sabía que solo las promesas del futuro estarían allí, para llevar sobre sus hombros el peso de la humanidad.

  Por la ventana de la nave Lesbos, un chico de unos diecinueve a?os contemplaba lo vasto del espacio, a través del reflejo de la ventana, podía ver como pasaban las demás tripulantes, en su totalidad mujeres, al igual que en la tierra era raro ver a un hombre y más aún que formaran parte de espacios elite como el Lunar Lab.

  De pronto un grito rompió la tranquilidad en la nave. Era un grupo de chicas muy asustadas, el chico fue al sitio de inmediato, movido por la curiosidad y no tanto por brindar ayuda.

  


  — ?Un monstruo! ?ayuda…por favor!

  Una vez allí, observó detenidamente que sucedió, pero no aguantó las ganas y comenzó a reírse a carcajadas, conforme lo hacía se acercaba cada vez más al lugar del problema.

  


  — Tranquilas no pasa nada, este muchachón solo es un tauretiano, por lo general los hombres suelen ser gentiles ?oye grandulón! ?Cómo te llamas? — indagó el chico mientras le ofrecía unos dulces de café —.

  La figura espigada titubeo un poco, pero aceptó la ofrenda de amistad, ya luego inclinó su cabeza para intercambiar miradas y sonrió de una manera perturbadora.

  — Muchas gracias, mi nombre es Fauré Hamer y ?Cuál es tu nombre?

  El chico estaba sorprendido, el “monstruo” resultó ser un hombre afro de casi un metro noventa centímetros, resultado de la genoingeniería; aunque ya tenía conocimiento de este tipo de gente, lo que llamó su atención es su aceptación en el Lunar Lab.

  


  — Un gusto Fauré, mi nombre es Tarak Lyth ?qué te parece si tú y yo somos amigos?

  Fauré asintió con su cabeza, estaba muy ocupado comiendo los dulces de café. Mientras seguía a Tarak, al pasar al lado de las chicas que se asustaron le dio a cada una un dulce, ellas se sintieron fuera de lugar y no tuvieron más opción que aceptar.

  Al llegar de nuevo a la ventana, notaron que ya era visible el Lunar Lab, ambos se veían muy emocionados. Aunque las expresiones de Fauré daban mucho miedo, de pronto el grandote fue invadido por una seriedad extra?a.

  


  — Oye Tarak, parece que eres de Wayra ?cierto?

  — ?A qué viene esa pregunta tan de repente?

  — No es nada, lo que pasa es que eres peque?o y tienes cierta ligereza al hablar, escuché que los wayranos son así.

  Tarak solo le sonrió de manera cálida, afirmando la duda de Fauré, casi de inmediato sonó la alarma de la nave, ya estaban entrando en la atmosfera de la Luna y cada uno debería prepararse para alunizar.

  Luego de pasar el filtro de desinfección ultravioleta, de las paredes surgieron una serie de pantallas holográficas de bienvenida, de nuevo Tarak fue víctima de su curiosidad siendo absorbido por la transmisión.

  


  — ?Bienvenidos futuros lunáticos al Lunar Lab! Luego de grandes conflictos, la tierra estuvo al borde de la destrucción. Al final de la Guerra de Género (GG) con la firma de la paz, se redactaron un grupo de leyes y protocolos en pro de la reconstrucción de la tierra, entre ellos el protocolo Selene…

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  Las pantallas mostraban la última batalla, donde el comandante llamado “abuelo” se sacrificó para acabar con alianza “valquiria”, luego se mostraba la imagen de dos altos mandos militares dándose la mano.

  


  — …que crea el domo Gaón en la luna, el cual evolucionó a el “Lunar Lab”, la cual servirá de zona de paz, protección y tolerancia entre los seres humanos. Así que disfruten su estadía, el mundo los necesita investigadores del ma?ana, contamos con ustedes.

  Tarak estaba tan concentrado que no se dio cuenta del inminente choque con una chica, inevitablemente se dieron un cabezazo que les dejó la frente roja del golpe, por un momento se quedaron viendo fijamente.

  


  — Dios mío, esos braquetes, esos ojos enmarcados en esos lentes, ese pelo desordenado, esa figura lánguida, es hermosa — pensó Tarak mientras su cuerpo se entumeció —

  


  — Otra vez me distraje. Que pelo más extra?o… no puede ser, es otro “Chad” adicto al ejercicio, depende lo que diga le haré saber que soy más de lo que ve — pensó con cierto fastidio la chica —

  — ?Piensa Tarak que haría mi madre? — en ese momento recordó que si no iba a aportar a la conversación era mejor no decir nada —

  En ese momento Tarak se sonrojó más de la cuenta y se fue, ella quedó sorprendida viendo cómo se iba. Luego de una caminata agitada el pobre tonto se detuvo, una vez calmado levantó la mirada, percatándose que se había alejado de Fauré, se sintió como lo peor, no le quedó otra que seguir las indicaciones de su boleta de registro e ir al sitio de concentración en el estadio.

  Cuando por fin todos tomaron sus lugares, desde el centro una tarima salió lentamente, en ella había personas con diferentes edades, estas oscilaban entre los treinta y sesenta a?os, de nuevo las Holo pantallas invadieron todo el espacio de concentración.

  Una mujer algo seria con un traje que estaba entre elegante y revelador, con unas coletas que intentaban darle estilo a un pelo negro ondulado demasiado rebelde, dio unos pasos al frente con cierto miedo, que compensó con su actitud y voz imponente que anuló cualquier burla hacia ella.

  


  — Mi nombre es Milena Patrov, soy la decana de todo este complejo, si quieren la decana suprema, les agradezco que estén aquí, espero que todas las expectativas que hemos puesto en ustedes sean cumplidas, piensen en nosotros como sus guías, sus amigos y sus verdugos, en esta semana de inducción reforzaremos el código de reglas que debieron leer antes de venir, por favor Rhinna Price y Jean Pierre Bourdieu den un paso al frente…

  Como si una orden militar se tratara, una mujer esbelta de pelo corto, lentes y de mirada penetrante salió de la formación, dejando entre ver su piel de látex, a la vez que uno de sus ojos enfocó de manera similar a la de un lente de cámara, su seriedad era pasmosa. simultáneamente, un hombre algo bajo de estatura siguió a la mujer, él tenía un aura de santa Claus miliciano y con algo de pena se rascó la cabeza con su brazo mecánico, su despreocupada apariencia no tenía sentido del todo con su cuerpo ajetreado.

  


  —La se?orita Price es la cabeza del área de seguridad — continuó Milena — cualquier ataque a nuestras instalaciones tanto interna como externamente será respondido por ella y su equipo, por otro lado, como coordinador de operación nos acompa?ará el se?or Bourdieu quien es el ingeniero en jefe, cualquier decisión estructural en el Lab pasa por sus manos. Ellos fueron los decanos supremos del domo Gaón, ahora son mis segundos al mando, dada su experiencia y méritos, merecen nuestro respeto y lealtad.

  posteriormente Milena hizo un gesto a una chica de unos treinta a?os para que la relevara, la chica fue enfocada de inmediata, tenía su pelo algo enredado recogido en dos coletas y tenía unos lentes redondos con filtro sensible a la luz, lo suficientemente grandes como para que le taparan una parte importante del rostro, a diferencia de Milena ella tenía marcado el cuerpo, se notaba que a diario practicaba ejercicio.

  


  — Saludos, mi nombre es Rosa Villalobos, soy la decana del área de humanidades y letras, antes de terminar quiero agregar dos cosas: en primer lugar, queremos desear una feliz estancia a los nuevos hombres que se unen a nuestro querido Lab, este a?o contamos con la sorpresiva cantidad de tres nuevos integrantes.

  Las pantallas mostraron la fotografía de Tarak, Fauré y otro chico, la reacción de los asistentes al evento fue muy variada, por un lado, algunas chicas sorprendidas, otras asqueadas por la fama de irracionales y violentos que pueden llegar a ser los hombres y a unas cuantas les pareció interesante porque por fin podían medirse con un “macho”.

  


  — Por favor guarden la compostura — exclamó Rosa con voz suave pero firme — según lo establecido en el protocolo Selene, ellos vivirán en el domo Aaru, ya que, este domo es preparatorio, desde allí basados en las pruebas de aptitud y la decisión de los estudiantes podrán elegir a que domo quieren pertenecer posteriormente… con esto concluimos la inducción; paz, inteligencia y fuerza.

  Al terminar, la tarima volvió a ocultarse bajo la grada del estadio y las pantallas desaparecieron, esa fue la se?al para que cada estudiante se dirigiera a su domo respectivo. A las afueras había mucha gente camino a los dormitorios a descansar o a pasear un rato para liberar tensión.

  Fauré intentó buscar entre la multitud a Tarak, sin embargo, su apariencia y físico de “Predator” eran un problema para las personas más bajas, por lo que fue cuestión de tiempo para que se tropezara con una chica que cayó como si hubiese sido envestida por un toro. Todas se escandalizaron usando silbatos de ayuda para llamar la atención, necesitaban protegerse de la reencarnación de la masculinidad tóxica.

  De la nada, una chica con dotes acrobáticos, que usaba un traje de combate mezclado con qipao, sin mediar palabras intentó darle una patada en la cabeza al grandote, este al ver que la intención del ataque era hostil, corrió su cabeza un poco hacía atrás y al caer su atacante, con su cuerpo la empujó ligeramente, su rostro no reflejaba ninguna expresión negativa, solo estaba algo sorprendido.

  


  — Deja de atacar mujeres, machito cavernícola.

  Fauré miro en Todas direcciones para se?alarse a sí mismo con su dedo índice, el simplemente no entendía el alboroto. Las demás al ver esto cambiaron su actitud de desagrado a risa, incluso algunas lanzaron carcajadas, Fauré de lejos no daba miedo.

  


  — Si te llegue a molestar pido perdón, no tuve intención de da?ar a nadie.

  Intentó disculparse con la chica envestida, pero la vio a lo lejos, estaba hablando con otra que tenía la cabeza rapada excepto su capul con mechones largos, ambas estaban cerca a un grupo que compartían tantas imágenes, estética y un símbolo común, una luna roja.

  Aunque le dio igual, se concentró en la peleadora, en se?al de tregua examinó todos sus bolsillos, hasta que encontró un chocolate To’ak que le ofreció, ella lo comió de mala gana y se fue empujando a cualquiera que se interponía.

  De repente, un golpecito cada vez más fastidioso se sentía en la espalda baja de Fauré, por primera vez reaccionó con desagrado, al voltear observó que era Tarak, este al ver su aura real, soltó una sonrisa burlona, mientras se?alaba el transporte que los estaba esperando. Al fondo una chica muy parecida a Milena, estaba dándoles se?ales con unos carteles holográficos que se veían a varios metros, por alguna razón ambos sintieron vergüenza.

  Muy lejos de allí, tres naves tipo continental con cuatro naves peque?as tipo diluvio de escolta, se apostaron muy cerca al lado oscuro de la luna, teniendo en cuenta las insignias en forma de calavera se podía adivinar que eran parte de la Liga Internacional de Corsarios (LIC) y por el color negro de las astronaves de seguro era el escuadrón especial “Vanguardia”.

  Dentro de la nave principal la capitana observaba la inmensidad del espacio, acompa?ada con una botella de ron y música tradicional de fondo, recordaba los viejos tiempos en los que el LIC y la vanguardia lucharon en la GG, momentos negativos, perdidas rápidas, junto con una sensación agridulce de todas las veces que escapó a la muerte.

  Sus pensamientos fueron interrumpidos por tres golpes en la puerta, era querido Tom, su esposo y mano derecha, la persona más confiable. él se acercó desde atrás, en lo que la apretaba suavemente del abdomen. Ella lo rodeos con sus brazos imitando la presión, mientras olían su esencia mutuamente.

  


  — ?Qué te trae por aquí? ?acaso ya terminaste todas las labores que te encargue?

  — Aún faltan deberes, pero creo que no los haré, quiero el castigo de la capitana.

  — ?Por qué no ahora? perro sarnoso…

  Asha levantó de las piernas a Tom para subirlo sobre la mesa, el respondió sacándole la camisa escotada. Justo en ese momento, Yohance Adichie, la líder del personal médico abrió la puerta de sopetón, interrumpiendo los amoríos de la pareja Gautama, los tres intentaron guardar la compostura, aunque la incomodidad se percibía en el ambiente.

  


  — Se?or Tom, esperamos a que, a que asista con la se?ora Asha a la junta, necesitamos… terminar de ajustar los detalles del ataque.

  Los Gautama se miraron con complicidad y cada uno pasó su brazo sobre los hombros de Yohance; conforme iban en camino Asha jugueteaba con el sujetador, mientras Tom le desacomodó la pa?oleta de la cabeza, continuaron con su jugarreta hasta que se montaron en el elevador que los condujo a la sala de estrategia.

  


  — Está bien se?ora santurrona, no me vengas con caras de vergüenza, también debes tener tus momentos de debilidad con Jung Su, el gordito a veces aparece con menos kilos de una noche para otra — exclamó Asha mientras oprimía con su índice el cachete de Yohance —

  Yohance intentó contenerse, sabía que si respondía iba a ser peor. Cuando la puerta del elevador se abrió mostró una sala de control gigantesca, en medio había una mesa con doce puestos, en el centro se veía un holograma en forma de planeta que giraba con la palabra “en espera”.

  


  — ?Perfecto! — gritó con alevosía Asha — se hará un ataque sorpresa con tres naves tipos tornillo a la hora del relevo de las fuerzas del Aaru, al mismo tiempo, la nave insignia estará de respaldo, el resto estaremos atentos a cualquier novedad.

  De repente, todos se levantaron de la mesa y elevaron una copa de ron, como era tradición, el brindis de despedida, todos tenían una extra?a alegría que era difícil de ocultar, la alegría de los locos que hasta las valquirias alguna vez temieron.

  En la sala de guerra, Tom se dirigió a sus hombres, Asha solo los analizó desde cierta distancia, no quería quitarle protagonismo a su mano derecha.

  


  — Hoy es el día que demostraremos nuestra valía, hoy atacaremos, saquearemos y buscaremos lo que nos es más preciado, hoy les recordaremos quienes atacaron de frente a las valquirias, para que ese moribundo mundo azul tuviera otra oportunidad.

  De nuevo en la recámara Asha continuó bebiendo ron, esta vez se sentía más triste que antes, ella solo susurró las mismas palabras.

  


  — Pagarán lo que han hecho.

  — Tranquila mi amor, solo unas horas más y nuestra familia nos devolverá la gloria y la honra...

  Conforme Tom hacía lo posible para que Asha se sintiera mejor, los demás integrantes de la Vanguardia se alistaban para su saqueo, con un cálculo que desconcertaría a cualquiera, en sus ojos se veía que estaban listos para esto y para lo que fuera.

  


  — … Además de todo el índico no elegiría a nadie más para confiarle…esta tarea contra un adversario tan feroz.

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