Una vez concluidas todas las preparaciones, Aric se reunió con la pandilla. Se saludaron entre todos y se pusieron al corriente. Thandor se acercó a Aric y le entregó un peque?o cofre.
—Muchacho, esto es para ti —dijo, dándole el regalo—. Estoy seguro de que te será de utilidad.
—Gracias, maestro —agradeció Aric, recibiendo su regalo. Al abrirlo, vio un par de guantes reforzados con plaquetas de acero estelar—. ?Wow, maestro, muchas gracias! Se ven increíbles...
Aric sacó los guanteletes del peque?o cofre y se los equipó.
—Maestro... esto es... —dijo Aric, sorprendido.
—Ho, ho, ho —rió Thandor—. Es un buen ítem, ?no? Solo asegúrate de usarlo cuando realmente puedas cumplir los requisitos.
—Gracias, maestro —agradeció de corazón—. Me aseguraré de hacerlo.
Luego de que todas las partes estuvieran preparadas, Aric y compa?ía, junto al cuerpo de reconocimiento, se adentraron en el laberinto. Thandor, desde afuera, y Sulfias, desde adentro, conjuraron el Sello Temporal. Una vez terminado, nuestros aventureros se dispusieron a asaltar el sexto piso. Para su fortuna, la entrada estaba directamente en la antigua bodega, que, al reconocer a la mayoría como retadores que superaron el quinto piso, abrió la puerta, permitiéndoles el acceso.
Todos ingresaron al sexto piso; la puerta se cerró tras ellos. Al observar a su alrededor, encontraron la entrada a una bóveda subterránea. Comenzaron la exploración y, mientras descendían, empezaron a notar la presencia de agua.
—Rayos... —dijo Valerian, molesto—. Al parecer, debemos continuar nadando.
—Eso es un problema —comentó Sulfias—. Bien, vamos a sacar un beneficio de esto.
Lucien se estremeció por completo cuando Sulfias dirigió una mirada maliciosa hacia ella.
—Vamos a preparar un hechizo de rayo de alto nivel —le ordenó—. No entraremos en esta agua oscura hasta asegurarnos de que sea segura.
—Tiene razón, maestra —respondió Lucien con frustración.
Todos los magos prepararon el hechizo y, muy sincronizados, ejecutaron el ataque. Toda el agua fue electrificada. No pasaron muchos segundos antes de que comenzaran a emerger, muertas, diversas criaturas marinas.
—Eso fue bastante efectivo —dijo Valerian. —?Qué haremos a continuación, líder?
—Sí, lo fue, aunque existe la posibilidad de que haya criaturas resistentes a la electricidad —respondió, reflexionando—. Por ahora usaré "escaneo" para buscar la ruta a seguir. Si el piso es completamente subacuático, estaremos en problemas.
Luego de prepararse, Sulfias escaneó toda el área que su poder mágico le permitió abarcar.
—Bien, hay una cueva subacuática tras un gran túnel —comunicó, aliviada—. Todos, retrocedan a la bóveda anterior para hacer los preparativos. Guardaremos en los anillos de almacenamiento nuestro equipamiento pesado. Si tienen equipamiento alternativo para el agua, este es el momento de utilizarlo.
El grupo murmuró incómodo mientras regresaban a la bóveda. Mientras se preparaban, Aric recordó reclamar las recompensas por subir de nivel y por alcanzar el 100% de afinidad con su maestro. También aprovechó para usar sus orbes de aprendizaje y fijar sus nuevas habilidades.
—Mmm, el aumento de estadísticas es genial, pero... ?perder humanidad? —pensó Aric para sí mismo—. ?Es por ser un nigromante? ?Acaso terminaré convirtiéndome en un no muerto? ... En fin, revisemos las otras recompensas.
—?Esto era lo que estaba esperando! —celebró internamente—. Con esto ya tengo 7 espacios adicionales, lo que me permitirá tomar un buen botín en los siguientes pisos... Además, podré aumentar libremente mis estadísticas. Por lo demás, pondré todo en inteligencia. Y ahora, por último, pero no menos importante...
—Vamos a consumir, por el momento, 1 orbe de cada tipo, las 2 habilidades pasivas y la habilidad de grado superior.
This book was originally published on Royal Road. Check it out there for the real experience.
Sistema: ?Advertencia! Esta acción no podrá revertirse, existe la posibilidad de que las habilidades obtenidas no sean 100% favorables para el usuario.
—Ah, sistema... —se quejó Aric—. Siempre limitándome... Ventanita, por favor, procede.
—Mmm, lo de la maldición no suena nada bien. Por ahora, debo escoger las habilidades disponibles de los orbes. Vuelo y desplazamiento instantáneo suenan maravillosas, pero adaptación ambiental sería lo más realista en estas circunstancias, y a futuro me va a servir enormemente. Así que me quedaré con esa —pensó, eligiendo su primera habilidad—. Aceleración de pensamiento también suena genial, pero mi inteligencia de por sí es alta y mi velocidad de reacción también. Necesito más variedad, así que me quedaré con síntesis. Y considerando que estaré dejando a mis esbirros pelear por mí, infligir estado alterado sería lo idóneo. Está bien, me quedaré con estas 3 habilidades. Ventanita, por favor, haz lo tuyo.
—?Excelente! Ahora lamento haber dado todos mis puntos a la inteligencia —se quejó Aric.
—?Qué estás haciendo? —le preguntó Lysandra, que se había acercado a él—. Hace rato que te veo perdido en tus pensamientos.
—Oh, disculpa, Lys, jeje —se disculpó—. Estaba pensando en cómo superar este piso.
—?No tienes pistas como en el piso anterior? —le preguntó, curiosa.
—La verdad, no —confesó—. Esta vez estamos en la misma página.
—Entiendo... Em... Aric... —dijo, sonrojándose—. Me preguntaba si después de que salgamos del laberinto, ?quisieras acompa?arme a reparar mi armadura?
—?Wow! —dijo Aric, pensando: "?E-esto es una ci-cita? ?Me está invitando a una cita?"—. Por supuesto —le respondió, también sonrojado.
—?Genial! —le respondió, un poco más sonrojada—. ?Tenemos un trato, está bien?
—Ustedes dos, tortolitos... —dijo Sulfias, interrumpiendo el ambiente amoroso—. Aún no se han quitado su armadura.
Al verla, Aric se estremeció, pues Sulfias y el resto se encontraban en pa?os menores, ya preparados para la inmersión. La voluptuosa figura de Sulfias lo excitó instantáneamente, y no solo ella, Lucien, Kaenia y Dandra también vestían solo pa?os menores.
—?Qué estás viendo, degenerado? —le reclamó Lucien, sonrojada—. Más te vale que te concentres en la misión.
—Lo siento, líder, nos prepararemos enseguida —se disculpó Aric, intentando mantener la calma.
—Rayos —pensó Aric—. No alcancé a revisar las demás habilidades.
Una vez todo el equipo estuvo preparado, bajaron hacia el área acuática. Sulfias lanzó sobre el resto magia de adaptación temporal y se sumergieron, siguiendo a Lucien. Como su habilidad lo mencionaba, Aric fue capaz de respirar bajo el agua y nadar sin dificultad. Estando tranquilo, al no tener solo la adaptación temporal, continuó con confianza. Al atravesar el túnel submarino, lograron llegar hacia la cueva submarina, y apenas salieron a flote, la habilidad de Aric le permitió ver en la oscuridad, logrando visualizar a tiempo el peligro que se cernía sobre ellos.
—?Usen magia de luz inmediatamente! —gritó sin perder tiempo—. ?Hay enemigos cerca!
Sulfias lanzó rápidamente un hechizo de luz para iluminar el lugar. Un grupo de tritones apareció en la orilla, enceguecidos por el hechizo, quedando en guardia.
—?Ataquen! —gritó Sulfias mientras realizaba ataques rápidos—. Es nuestra oportunidad.
Todo el grupo salió del agua con velocidad y comenzó la ofensiva. Los tritones no fueron capaces de sobreponerse a la feroz e inesperada avanzada grupal. En cuestión de minutos, todos los tritones del área fueron asesinados. El cuerpo de reconocimiento se reagrupó sin bajas; algunos solo reportaron leves heridas.
—Todos, pónganse sus armaduras. No hay tiempo que perder —comandó Sulfias—. Serpens, Valerian y Aric, revisen los alrededores. El enfriamiento de escaneo aún no termina.
—Entendido, líder —respondió Valerian—. Vamos, chicos.
Después de ponerse sus armaduras, el trío se separó y comenzó la inspección. Tomaron direcciones opuestas y caminaron hacia lo desconocido.
Aric se adentró en la cueva y, a lo lejos, vio una silueta conocida. Se acercó cauteloso, y ya estando a su alcance, dijo en voz baja:
—?Prime? ?Cómo llegaste aquí? —preguntó Aric, muy sorprendido y nervioso.
—Hola, Aric —le saludó Prime—. Pues superé el piso anterior también. Obviamente puedo entrar aquí.
—Es verdad, tú me ense?aste cómo superar el piso anterior —dijo Aric, ya más tranquilo—. ?Me estabas esperando? ?Cómo sabías que...?
—No tengo todo el tiempo del mundo para responder tus preguntas, menso —le interrumpió Prime, callándolo—. ?No te parece extra?o que no haya pasado nada más después del primero?
—Eso es... —dijo Aric, pensativo—. Sí, la verdad es sospechoso.
—Bueno, tus sospechas terminarán más adelante. Este camino lleva hacia el jefe de este piso —le reveló Prime—. No sigan este camino hasta que hayan explorado por completo la cueva.
—Creo que está más que claro que puedo confiar en ti, pero... ?qué tiene que ver lo del primero con el jefe de este piso?
—Alguien viene. No lo olvides. Dejen este camino para el final.
Prime se alejó, dejando solo a Aric. Momentos después, Lysandra se acercó.
—?Aric? —preguntó, acercándose—. La líder me envió a buscarte. Encontraron un camino por la ruta que tomó Valerian.
—Genial —dijo Aric, nervioso—. Gracias por venir por mí.
Lysandra se sonrojó y se dio media vuelta. Caminaron juntos de regreso en un romántico silencio. Su atmósfera amorosa se dejó sentir cuando se reagruparon con los demás.
—Valerian encontró un camino bastante largo —informó Lysandra a Aric, observándolo con desdén—. Continuaremos por su ruta.
—Entendido, líder —respondió Aric, confundido—. Oye, Serpens.
—?Qué sucede, muchacho? —respondió Serpens.
—?Qué había en tu camino? —preguntó Aric.
—Un nido infestado de ara?as gigantes —respondió Serpens—. Según mi experiencia, las ara?as gigantes solo hacen su nido en lugares cerrados, por lo que el silogismo sugiere que esa ruta es un callejón sin salida.
—Entiendo, Serpens —respondió Aric, agradecido—. ?No hay problema con dejar a las ara?as ahí, o qué?
—Bloqueé temporalmente su salida —dijo Serpens, confiado—. No debería haber problema hasta despejar el área.
—Es bueno escuchar eso —suspiró Aric.
Ya adentrados en la ruta de Valerian y habiendo pasado el punto de reconocimiento, todos se pusieron en guardia. Después de un tiempo, llegaron a un área abierta en la cual había construcciones con estructuras que contenían sigilos luminosos en su superficie. Una gran puerta se encontraba entreabierta.
—Al parecer, llegamos a la sala del jefe —dijo Sulfias—. El equipo mágico bufeará a los guerreros de primera línea. Dandra, tú no los bufearás a ellos; te encargarás de aplicar magia defensiva en el equipo mágico. Valerian, muévete a discreción. Serpens, las maldiciones son el último recurso esta vez. Aric, creo que ya va siendo hora de que muestres un poco de tu nueva especialidad.
Valerian se acercó a la puerta con confianza para echar un vistazo mientras los demás terminaban de prepararse. Apenas asomó la cabeza, un golpe brutal desde el interior lo lanzó por los aires, abriendo las puertas de par en par con un estruendo ensordecedor. Todos quedaron paralizados, observando cómo una mano enorme emergía lentamente por el umbral. Después, otra mano... y luego una tercera, más grotesca que las anteriores.
Finalmente, una cuarta extremidad se aferró al marco, dejando marcas profundas en la piedra. Entonces, emergió por completo, revelando su naturaleza: un cíclope levitante que irradiaba una sed de sangre tan abrumadora que parecía comprimir el pecho de todos los presentes.
El cíclope flotaba, gigantesco y monstruoso, recordándoles a todos el terror del Primero. Su ojo único se encendió con un brillo maligno mientras abría la boca, dejando escapar una carcajada siniestra que reverberó como un presagio de muerte. En ese momento, todos comprendieron: habían entrado en la boca del tigre. Y entonces, el cíclope levantó una de sus enormes manos, lista para caer con una fuerza devastadora...