Días antes.
Después de que se planteó el plan de acción, el ambiente estaba cargado de tensión y expectativa.
—?Estás seguro de que puedes hacer esto? —pregunto, mirando a Superman con incredulidad—. Es el espacio, ?acaso no necesitas aire para respirar?
—No te preocupes, tengo todo bajo control —respondió él con una confianza que lo sorprendió—. Soy capaz de estar por períodos prolongados en el vacío del espacio.
Superman caminaba junto a Goku y Elizabeth, que los acompa?aba con una mezcla de curiosidad y emoción, la chica carecía de conocimiento sobre este tema y quería saber más.
Clark había movido la nave espacial al hangar de las instalaciones por petición de Dr. Richards y ahora se dirigía hacia la salida, listo para cumplir con su misión de reconocimiento fuera del planeta. Goku lo seguía de cerca, mientras Elizabeth observaba con ojos brillantes, ansiosa por ver cómo se aventuraría al espacio.
—?Y cómo es eso posible? —insistió, aún sin poder creerlo—. ?Puedes respirar en el espacio o tienes alguna clase técnica que te ayude?—Pregunto poniendo una cara expectante.
Superman se detuvo un momento, girándose hacia el con una sonrisa de suficiencia.
—Ni una cosa ni la otra. Simplemente aguanto la respiración cuando estoy ahí afuera. Tengo unos pulmones muy buenos —dijo, como si se tratara de algo cotidiano.
Goku, que había estado escuchando atentamente, soltó una risa.
—?Eso es increíble! ?Solo aguantando la respiración? —exclamó, con asombro evidente en su voz.
—Oye, no tienes que reaccionar así —le dijo Superman, levantando una mano en un gesto de modestia—. No es como si fuera algo especial.
—Claro que lo es —intervino Elizabeth, con una mirada de admiración—. Yo no podría aguantar la respiración tanto tiempo. Lo máximo que puedo lograr son dos minutos, y eso es un verdadero esfuerzo.
—dos minutos—rió Goku—. Eso es un paseo en comparación con lo que kal pretende hacer. Pero, ?qué pasa si te sientes mal? ?No hay riesgo?
Le volvió a preguntar con interés.
Superman encogió los hombros, como si la preocupación no tuviera cabida en su mente.
—He estado en situaciones mucho más extremas. Confíen en mí, estoy preparado para esto —aseguró, con una mirada decidida.
Elizabeth asintió, aunque aún parecía algo intranquila.
—Solo tenga cuidado, sí, Se?or El.—dijo, su voz suave pero firme—. No vaya a metas en problemas allí afuera.
—No se preocupe, se?orita Elizabeth. Siempre regreso —respondió Superman, con una sonrisa tranquilizadora.
El se alejó unos metros de ellos quienes lo observaban expectantes. Superman tomó impulso y en un instante salió disparado hacia el cielo dejando una ligera estela, y El Fuerte estruendo de la barrera del sonido rompiéndose resonó por todo el lugar.
Aquéllos que lo miraron partir, observaron con sus ojos como su figura se desvanecía en un segundo. Salvo Goku, quien tenía unos extraordinarios reflejos, y pudo verlo sin dificultad alguna.
Pero algo le pareció extra?o.
Goku agudizo su mirada al sentir la presencia de Superman abandonado el planeta. detalló que el se había detenido, no más bien parecía que estaba moviéndose de una forma muy lenta a pesar de que hace unos segundos demostró una velocidad exorbitante.
Se cruzo de brazos preguntándose que es lo que había ocurrido. A su mente le llegó el recuerdo de cierto lugar. El le comentaría a los otros de esto cuando tuviera la oportunidad.
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Con Superman.
Clark volaba a través del aire, impulsado por una velocidad exorbitante. Su destino se encontraba más allá de la capa superior de aquel planeta.
Unos segundos después de emprender el vuelo, llegó al espacio exterior, adentrándose en el vacío oscuro del cosmos. Clark tomó un último respiro antes de cruzar la frontera de la atmósfera, confiando en su increíble resistencia para moverse en la inmensidad del espacio.
A medida que se alejaba, sintió un leve cambio en la atmósfera, pero no le dio importancia. Se detuvo por un instante para contemplar el firmamento, maravillándose de la vista surrealista que se desplegaba ante él.
Había visto muchos lugares increíbles en su vida, y no era la primera vez que se aventuraba en el vasto universo. Sin embargo, un sentimiento de desconfianza comenzó a crecer en su interior al observar aquella escena.
Dejando de lado sus inquietudes, fijó su mirada en el planeta más cercano. Era gigantesco, ba?ado en la luz de una estrella que lo iluminaba, revelando tonos marrones y rojos en su superficie.
Recordó las palabras de Goku, quien le había mencionado que había sentido presencias extra?as en ese lugar, así como en otros planetas cercanos.
Superman emprendió el vuelo a máxima velocidad hacia el planeta Con la intención de investigar y ayudar a quienes pudieran estar confundidos.
A pesar de que parecía estar cerca, la realidad era que la distancia que había era absurda, incluso con la velocidad a la que se desplazaba parecía que no se acercaba.
Después de casi veinte minutos de vuelo, solo había recorrido el 57% del camino que le aguardaba. No pudo evitar pensar que desplazarse de un planeta a otro podría volverse tedioso y agotador mentalmente.
Minutos más tarde, cuando ya estaba a punto de atravesar la atmósfera del planeta, algo lo detuvo en seco.
“?Oye, Kal! ?Puedes oírme?” resonó una voz en sus pensamientos, como un eco familiar.
“?Goku?” preguntó Clark, asombrado y un poco confundido. La conexión telepática lo sorprendió.
“Sí, soy yo. Te estoy hablando a través de mi telepatía,” le respondió Goku, como si quisiera despejar cualquier duda.
“?También puedes usar telepatía?” inquirió Clark, maravillado.
Goku había demostrado tantas habilidades en tan poco tiempo que le parecía increíble que tuviera algo así bajo la manga.
“Sí, puedo. Aunque no soy tan bueno como otros que conozco,” contestó Goku con modestia, restándole importancia a su habilidad.
“?Qué no eres tan bueno? Estas hablándome desde un lugar muy lejano, eso de por si ya es increíble” Le respondió con asombro e incredulidad por su modestia.
“No es para tanto, todavía no la perfeccionó del todo” Hablo un poco avergonzado. Era palpable el hecho que estaba siendo modesto.
Superman asintió, aunque Goku no pudiera verlo. Aclarada la situación, le preguntó si tenía algún mensaje para él.
“Sí, escucha. Estamos detrás de ti, justo ahora. espéranos en el planeta. Muy pronto podremos alcanzarte. Hay mucho que explicar,” dijo Goku de forma casual, dándole indicaciones claras.
Clark abrió los ojos con imprecion ante esta revelación. No había pasado ni una hora desde que los dejó atrás en el planeta, y ahora todos ellos se encontraban tras él, con la nave posiblemente ya reparada.
Había pasado muy poco tiempo, era imposible que eso sucediera. Decidido a resolver el misterio, optó por esperar en la superficie del planeta, tal como le había indicado Goku, ansioso por descubrir qué había sucedido.
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Minutos Después
Clark había llegado al planeta, él se encontraba en un valle rocoso, rodeado de formaciones irregulares que parecían estructuras densas. La atmósfera era diferente, casi palpable, y un aire fresco llenaba sus pulmones.
Su mirada se agudizó al ver la nave de sus aliados acercándose a la atmósfera mientras salía de un hiperespacio.
Clark usó su visión de rayos x para ver dentro estructura de la nave, curioso por ver a sus aliados.
Al observarlos, notó que algunos llevaban ropa diferente, como si hubieran adoptado nuevas identidades en su travesía.
Y al detallar a cada uno noto la expresión en sus rostros; una mezcla de determinación y expectativas, que decían que habían tenido un gran cambio en su ausencia. Clark sintió un nudo en el estómago; algo había cambiado en ellos, y solo necesitaba confirmarlo con ellos al hablar.
La nave descendió, su silueta oscureciendo el cielo morado mientras se acercaba. Momentos después la compuerta trasera se abrió lentamente, revelando figuras familiares que emergían de la oscuridad del interior.
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Goku, Elizabeth, Rías y el Dr. Richards aparecieron ante él, como héroes saliendo de la niebla.
—?Increíble! ?Así que esto es otro planeta!— exclamó Elizabeth, su voz vibrando con fascinación mientras descendía por la plataforma. Sus ojos brillaban como estrellas. —?Es fantástico, ?no cree, se?orita Rías!
Rías, que seguía a Elizabeth, también mostraba asombro, aunque su compostura era más contenida. La chica pelirroja trataba de ocultar su emoción, pero la fascinación por lugar la envolvía.
—Sí, Elizabeth, es totalmente increíble saber que hemos viajado por el espacio para llegar a otro planeta— respondió con moderación, su voz un susurro entre el asombro.
—Vamos, Rías. No tienes que reprimir tus emociones. ?Estamos en otro planeta, y es la primera vez para Elizabeth y para ti!— comentó Goku, descendiendo con una sonrisa amplia, como si el lugar mismo lo energizara. —Recuerda que puedo sentir las emociones de los demás, ?sabes?— terminó mirando a la chica con un rostro burlón.
Rías se ruborizó por la declaración de goku que la había dejado en evidencia. Elizabeth dio una leve risita por la reacción de la chica. Y Reed, que estaba detrás de ellos, no pudo evitar sonreír ante la interacción. Era un momento de camaradería, un respiro en medio de la incertidumbre.
—Veo que hay un aire diferente en todos ustedes. Parece que me he perdido de muchas cosas— comentó Clark, observando la dinámica entre ellos.
—Sí, han pasado algunas cosas. Otro misterio de los muchos que descubriremos— respondió el Dr. Richards, sus ojos brillando con un atisbo de emoción— será mejor explicar lo que pasó.
Superman fue puesto al tanto de sus experiencias. Reed explicó que con ayuda de goku descubrieron que el planeta tenía un flujo temporal más acelerado.
Para Clark, solo habían pasado minutos, pero para ellos habían sido seis días desde que él atravesó la atmósfera. Seis días en el que algunos de ellos pudieron asentarse y llevarse mejor.
Durante ese tiempo, la relación entre Elizabeth y Rías había evolucionado. Habían hablado sinceramente sobre sus inquietudes y sobre el mundo en el que habían crecido y, aunque no eran mejores amigas, habían forjado un compa?erismo sólido.
Reed había trabajado incansablemente en la nave, reparando y replicando tecnologías que podrían ser útiles en cualquier momento. Y Goku, siempre enérgico, se encargaba de mantener a raya cualquier peligro y relajando el ambiente en momentos de tensión.
—Así que eso era— dijo Clark, comprendiendo lo que había sucedido mientras reflexionaba sobre el tiempo perdido.
—Ahora que estamos todos juntos y más preparados, podremos movernos en grupo. Así podremos aprovechar nuestras habilidades para abarcar más terreno— expresó Reed, su voz resonando con determinación.
Superman asintió, comenzando a trazar mentalmente los pasos a seguir.
A varios metros, Elizabeth y Rías exploraban el lugar con curiosidad, sus ojos brillando ante la rareza del paisaje.
El entorno era un espectáculo de colores; una mezcla de marrones oscuros y rojos brillantes danzaba ante ellos. El cielo, en lugar de azul, era un profundo morado, salpicado de matices celestes que parecían cambiar con cada parpadeo.
En el aire flotaba un aroma ligero y agradable, como si la naturaleza misma estuviera celebrando su llegada. Además, la gravedad era menos intensa que en su mundo, lo que les daba una sensación de ligereza.
—Todo esto es completamente diferente a lo que imaginé. Parece irreal— comentó Rías, admirando el paisaje con una mezcla de asombro y curiosidad.
—Sí, es increíble. Los colores se mezclan perfectamente — respondió Elizabeth, sonriendo ante la belleza que las rodeaba.
Las dos chicas empezaron a una charla animosa. Perecían dos ni?as so?adoras hablando de lo que sea.
Un poco alejado de ellas estaba goku sintiendo se curioso por el lugar. El miro hacia abajo y tomó una de las rocas del suelo.
—eh!, Pero vaya que es pesada—susurro para si mismo tratando de levantar la Roca, que era del tama?o de su mano.
El no pudo evitar poner un rostro extra?ado y bastante curioso. Podía sentir que la gravedad era más suave que la que había en la tierra. Pero aún así era bastante pesada, incluso para él.
Era muy extra?o, sabía que había lugares incomprensible que trabajaba con diferentes leyes. Pero aún así, era demasiado inquietante.
Goku cerró los ojos, tratando de sentir las presencias en el área. No lo había hecho desde que llegó. Se concentró en cada presencia que había en las cercanías, había muchas de hecho.
Frunció el ce?o al notar que algunas de esas se?ales se desvanecían. No, era como si esas presencias estuvieran sido aplastadas hasta extinguirse, lo que le dio mala espina. Un escalofrío recorrió su espalda; la intuición de un guerrero nunca miente.
Clark, al notar su expresión, se acercó, sintiendo que algo no estaba bien.
—?Qué sucede? ?Hay algo malo?— preguntó, su voz grave y preocupada.
Los demás prestaron atención a Goku, que ahora parecía serio, con una mezcla de preocupación y miedo en su rostro.
—?Tenemos que salir de aquí ya!— exclamó con firmeza, dejando a todos en estado de alerta. Su voz resonó como un eco, cargada de urgencia.
—?Qué ocurre?— preguntó Rías, confundida por la súbita urgencia de Goku.
—Las presencias de este lugar están desapareciendo, más bien, es como sí…— respondió mientras se movía rápidamente hacia la nave, su instinto de supervivencia en alerta máxima—?hay que irnos!—Exclamó con desesperó.
Clark, comprendiendo que algo malo estaba ocurriendo, usó su visión para mirar más allá del horizonte. Fue entonces cuando lo vio: el paisaje comenzaba a distorsionarse rápidamente, como si la realidad misma estuviera desmoronándose.
Clark abrió los ojos por el inminente peligro, intentando moverse pero…ya era tarde.
De repente una gran presión se hizo presente, todos sintieron un repentino aumento en la gravedad, como si una fuerza invisible los aplastara. Goku y Superman comprendieron casi de inmediato lo que estaba por suceder y actuaron rápidamente.
El tiempo parecía detenerse para Superman y goku que trataban de llegar con los demás. Goku supo que no lo lograría así que levantó sus manos hacia aquellos que estaban en peligro. En menos de un segundo colocó una barrera de energía sobre la nave y sobre las dos chicas junto con el Dr. Richards. Sabía que ellos no podrían soportar lo que estaba a punto de ocurrir; su vida dependía de ello.
—?Raaaaaahhhhg!??Rayos!!— gritó Goku con esfuerzo cuando la gravedad le llegó de golpe, su voz resonando con la desesperación de un guerrero en una batalla perdida.
—?Esto tiene que ser una broma! ?Ahhg!— exclamó Clark, apretando los dientes, sintiendo que la presión lo empezaba a superaba.
—??Qué, que está ocurriendo!?— preguntó Elizabeth, alarmada dentro de la esfera de protección que Goku había creado, su voz temblando con miedo.
—??esto es!?...?goku!— exclamó Rías dentro de la misma esfera que Elizabeth.
Se le veía visiblemente asustada, sus ojos ampliándose en incredulidad al comprender la escena frente a ella.
—?Kal-el, Goku! ?Háblenme!— gritó Reed desde dentro de la barrera, su voz llena de pánico.
Había sido un instante para ellos. Y en menos de un parpadeo se encontraba resguardados en una de las barreras de protección de son goku.
La escena que contemplaban era inquietante. Todo a su alrededor parecía distorsionado y en medio de ese caos se encontraban dos de sus aliados.
—?La gravedad está aumentando rápidamente!— respondió Clark, esforzándose por mantenerse en pie, cada palabra un desafío contra la presión.
Goku permanecía en silencio, sumido en una profunda concentración. Si perdía el enfoque, la gravedad los aplastaría a todos junto con la nave.
La presión en el ambiente aumentaba cada segundo: 100, 200, 400, 800, 1600, 3200, 6400 veces la gravedad de la Tierra, y no mostraba signos de detenerse, como si el propio planeta intentara tragarlos.
El terreno donde se encontraban comenzaba a agrietarse, formando cráteres que se expandían, como si la tierra misma estuviera gritando en agonía.
Goku se arrodilló, pero sabía que no podía rendirse. A una velocidad imperceptible para los demás, estaba pasando por cada una de sus transformaciones; solo Superman podía notar esos rápidos cambios. El esfuerzo por proteger a los demás era monumental, requiriendo todo su poder para no ceder.
Aquellos que los observaban con preocupación vieron cómo el cabello de Goku se tornaba plateado, envuelto en una aura de colores blancos, grises y plateados. Era una imagen sobrecogedora, un recordatorio de su inmenso poder y del sacrificio que estaba dispuesto a hacer. Pero no había tiempo para asombrarse ante la gravedad de la situación.
La gravedad había alcanzado un punto crítico, deformando el entorno. Clark y Goku comenzaron a caer lentamente hacia el suelo, como si el mismo planeta intentara aplastarlos. Goku, luchando por no rendirse, sentía que la presión lo vencía.
—?Se?or Goku, se?or El! ?Por favor, resistan! ?No se rindan!— gritó Elizabeth, angustiada, su voz resonando con desesperación, esperando que todo esto se detuviera.
—?Demonios, no se rindan!— exclamó el Dr. Richards, afianzando sus manos sobre la barrera, su rostro reflejando el terror de la situación.
Reed observaba la escena, mortificado. Nunca pensó que algo así pudiera suceder. La culpa comenzaba a invadirlo; sabía que ambos eran poderosos, pero verlos de rodillas le recordaba que este lugar era diferente y traía consigo peligros desconocidos. Intentaba pensar en algo rápido para salir de ese problema.
Rías miraba la escena con creciente preocupación. Sus ojos se fijaron en el rostro de esfuerzo que Goku y Superman mostraban, y un angustiante pensamiento cruzó su mente: ?y si se rendían y todos ellos eran aplastados? Lo cual hacia que su miedo creciera.
Superman yacía hincado en un enorme cráter creado por la presión, resistiendo lo mejor que podía, pero sentía que su fuerza flaqueaba. ?Cómo no lo vio? Pensó, sintiendo su negligencia al no investigarlo primero. Cada segundo era una batalla, y la sombra de la derrota comenzaba a cernirse sobre él.
“?Kal!” de pronto, una voz familiar resonó en su mente, cortando a través del caos.
“Sí,” respondió, buscando claridad en medio de la tormenta.
Goku le habló telepáticamente, aún arrodillado y dando lo mejor de sí, su voz un hilo de esperanza en medio de la desesperación.
“Escúchame… a tu derecha… puedo sentir varias presencias allí,” dijo Goku, esforzándose por articular sus pensamientos.
“?Qué es lo que te preocupa?” preguntó Clark, ansioso por entender.
“La gravedad es mu... muy elevada… pero siento que se mueven a gran velocidad hacia nosotros,” expresó Goku, su preocupación palpable.
Goku, al sentir las presencias, notó que solo algunas no desaparecieron. Bajo esta gravedad tan inmensa, no pudo evitar preguntarse qué tipo de ser era tan fuerte como para resistirlo.
“?Corriendo?” inquirió después de escuchar a Goku.
Clark también percibió el mismo predicamento y, haciendo un esfuerzo, volvió a mirar hacia el horizonte. Lo que vio solo traía más problemas.
—?Goku!— gritó Reed para que lo escuchara. —?Háblame!
Goku posó su mirada serena en él y respondió.
“?Qué deseas?” preguntó, tratando de no desmayarse.
—?Trata de enviarme hacia la nave! En ella hay algo que nos puede ayudar— le indicó Reed, buscando una solución.
“Eso será complicado… pero lo intentaré,” respondió Goku, esforzándose por mover la esfera donde se encontraba Reed.
Por suerte, estaba a solo tres metros de distancia. Con un monumental esfuerzo, logró acercar al Dr. Richards a la nave espacial.
Reed no perdió tiempo y corrió dentro, buscando lo que necesitaba. Tomó una de las cápsulas Joipoi y la activó. De ella surgieron varios dispositivos. Tomo uno de ellos junto con una Gema color azul.
Al salir de la nave, contempló con horror cómo el domo de energía estaba a punto de romperse. Goku y Superman yacían en el suelo, siendo aplastados peligrosamente.
El Dr. Richards se apresuró y activó el dispositivo que tenía en su mano.
El artefacto tenía una gran gema en el centro que comenzó a brillar intensamente.
Unos segundos después, un domo se extendió por todo el lugar, creando un campo de anti gravedad que contrarrestó la inmensurable presión.
Goku sintió cómo su cuerpo dejó de experimentar la exorbitante presión. Un alivio momentáneo lo envolvió y dejó de usar sus habilidades.
—Estamos a salvo, eh… qué bien— dijo Goku con un tono cansado, antes de que su consciencia se rindiera.
Comenzó a cerrar los ojos, dejándose llevar hacia la inconsciencia. Lo último que pudo observar fue cómo las dos chicas se acercaban a él con preocupación. Sin más, se desmayó.
Continuará