En un hermoso amanecer, una pareja estaba paseando en su campo, disfrutando del amanecer con las luces que se reflejaban por todo el lugar.
"Te dije que no iba a ser un desperdicio, son preciosas", dijo la mujer alegre, tomando el brazo del hombre.
"Jajaja, sí, tenías razón", expresó el hombre feliz, abrazando a la mujer.
"Espero que podamos vender lo suficiente para comprar todo lo que necesitamos", mencionó, mientras tocaba su panza.
"Ya verás que todo saldrá bien", exclamó mientras continuaba caminando a su lado.
"Bill... ??Qué es eso?!", la mujer apuntó hacia el frente al ver una gran bestia de color negro entre los maizales.
"No puede ser..." Sus ojos se llenaron de terror al instante. "?Corre!", tomando la mano de Mari. Ambos corrieron con todas sus fuerzas hacia la caba?a.
"??Cómo es que está esa cosa aquí?!", preguntó alterada mientras corría, con la mirada hacia el frente, sujetando la mano de su esposo.
"No lo sé, Mari, ?solo corre!".
"Ustedes, Ystires... ?sufrirán el mismo dolor que yo padecí!", rugió la criatura con una voz profunda, grave y sádica, mientras los veía huir.
"?Vamos, ya casi llegamos!", Bill volteó hacia atrás y vio a la criatura a punto de atrapar a Mari... Sin pensarlo, frenó y la apartó... soltando su mano.
"?Corre, Mari! ?CORRE!", gritó, y luego fue atravesado por la espalda por la criatura. En su pecho se podían ver las garras de la criatura.
"?Noooo! Bill... Bill", expresó aterrorizada y entre lágrimas, poniendo ambas manos en su boca.
"Vete, porfa...vor...", Bill cayó al suelo y la bestia quitó sus garras.
Sin nada más que hacer, Mari comenzó a correr mientras tocaba su panza y las lágrimas corrían por su rostro.
"Eres valiente, peque?o Ystir, pero igualmente ella... ?morirá!", dijo la criatura mostrando su apariencia. Medía dos metros, tenía un pelaje negro y ojos amarillos. Usaba un gran abrigo oscuro que le llegaba hasta el suelo y caminaba descalzo.
Bill, con sus últimas fuerzas, sujetó el abrigo del hombre lobo. "No te... dejaré ir".
"?Qué crees que haces? No me toques con tus sucias manos, Ystir...", dijo con frialdad, observándolo con desprecio, para luego cortarle el brazo.
"?Ya casi... ya casi estoy! Bill...", pensó entre lágrimas, llegando a la caba?a. Rápidamente se encerró dentro de ella y tomó un machete que se encontraba cerca de la puerta.
"Hola, te estaba esperando. Ustedes, los humanos, sí que son lentos", mencionó el hombre lobo, sentado en una silla mientras limpiaba su mano llena de sangre.
Aterrada, Mari apuntó el machete hacia la criatura, mientras su respiración agitada delataba su cansancio.
"Esa cosa no me hará nada. Mmm... escucho dos corazones dentro de ti", expresó de manera sádica mientras sonreía.
De pronto, una canica atravesó la pared y tocó a Mari, haciéndola desaparecer. Esto cambió la expresión del hombre lobo. "Tú otra vez, ?qué crees que haces? No podrás vencerme, cazador... ?morirás igual que tu padre!", gritó furioso, vigilando todos sus puntos ciegos.
La puerta de la entrada fue abierta de una patada por el cazador, quien disparó con un arma sónica que destruyó gran parte de la caba?a y lanzó al hombre lobo por los aires. "Prometí que te seguiría donde fuera para matarte... ?No importa dónde estés! ?Te haré pedazos, maldito!".
El cazador llevaba una chaqueta y sombrero blancos, una máscara mitad negra, mitad blanca, que cubría todo su rostro, pantalones y zapatos negros, y tenía un hacha en la espalda. Su arma, y al parecer una gran cantidad de objetos, estaban escondidos en los bolsillos de su chaqueta. El cazador comenzó a correr hacia el hombre lobo, sacando dos esferas de sus bolsillos y lanzándolas hacia su oponente, ocasionando grandes explosiones que distrajeron al hombre lobo. Luego, aprovechando la distracción, se acercó lo suficiente y apuntó con su arma a quemarropa. El hombre lobo, al instante, lanzó un gran aullido que chocó con el disparo sónico. El choque creó una onda expansiva que los alejó a ambos e hizo que el arma sónica se despedazara.
"Si tanto deseas morir... ?Con gusto te despedazaré!", gritó luego de levantarse del suelo.
El hombre lobo comenzó a correr hacia el cazador. El cazador tomó su hacha de su espalda, corrió y saltó para atacar con todas sus fuerzas con el hacha, para luego... solo escuchar el sonido de las garras del hombre lobo chocando con el filo del hacha.
Luego vemos a Louis levantándose de su cama, haciendo su rutina de ejercicio con flexiones, abdominales y handstand push-ups. Después, toma un ba?o y se prepara para el nuevo día.
"Profesor, estoy listo", expresó con seriedad, pero mostrando un poco de emoción en su rostro.
"Jajaja, justo iba a buscarte en tu habitación, salgamos", mencionó, notando su peque?o rastro de emoción.
El profesor Maxwell y Louis salieron de la casa y comenzaron a caminar, mientras Hanks los miraba desde la puerta.
"Primero, la zona norte, que es donde estamos nosotros. Aquí viven todo tipo de científicos, algunos cantantes, actores, paladines, personas importantes en resumen, aunque hay paladines que viven en otras zonas del reino. Además, aquí está el palacio. Ahora vamos con las rutas más importantes para mí y, además, te mostraré cómo funciona el reino, pero antes quiero hablar algo contigo", dijo con una sonrisa mientras caminaba en la acera con muchas personas pasando cerca de ellos.
"?Qué cosa, profesor?", preguntó con curiosidad, luego de hacer un ligero movimiento para no chocar con un ni?o.
El profesor se detuvo por un momento y se acercó a Louis. "Controlas la lava, ?cierto? Vi cómo dejaste el pecho de la armadura a Kein. Quité los rastros con mi brazo para que Mei no lo viera y no darte problemas".
Esto tomó por sorpresa a Louis y un miedo dentro de él lo recorrió por todo el cuerpo. "Yo... sí, profesor, puedo hacerlo, ?pero no lastimaré a nadie! ?Tengo control de mi magia!".
"No te preocupes, no diré nada. Que Mei lo descubra por su cuenta. Dejemos eso de lado, no quiero quitarte la emoción que tenías", dijo, tocando su hombro con una ligera sonrisa en su rostro.
"Está bien...", expresó un poco preocupado.
"Ya se te irá toda esa preocupación, pero tenía que hacértelo saber", pensó el profesor, para luego continuar caminando y llegar a: "?La zona sur! Aquí se encuentran las herrerías de todo tipo y, claro, también otras tiendas como de ropa y joyerías".
"Y también aquí está la herrería Glomequería", a?adió Louis, fascinado al ver cómo creaban espadas, armaduras y mecanismos, con tecnología de otro nivel, máquinas que al instante convertían un trozo de metal en una tuerca.
"Claro, la herrería Glomequería es la principal para mí. Es donde crean todo tipo de objetos para mis máquinas y aparatos tecnológicos", expresó, alegrándose de que Louis no olvidara las cosas.
"?Qué increíble! ?Cómo hacen eso?", preguntó Louis emocionado, acercándose a un puesto y a punto de tocar el aparato.
"?Louis, carajo, no molestes a los demás! Lo siento, es un forastero", mencionó, alejándolo del lugar.
"No hay problema", respondió el due?o, continuando su trabajo.
"Déjame a mí explicarte cómo funcionan", replicó, poniendo su brazo mecánico entre el cuello de Louis.
"Okay".
"Perfecto... Mira, Louis, este aparato es una cortadora especializada para pulir y sacar filo a las espadas, y lo logra gracias a su fuente de poder: un cristal arcano modificado para regularlo correctamente. Lo mejor es que tiene un sistema que detecta piel humana y se detiene al instante gracias a este ojo amatista", dijo mientras se?alaba cada cosa que iba mencionando.
"Es increíble, profesor. ?Dónde crean esos cristales arcanos modificados?", preguntó sorprendido y emocionado.
"?En la zona este!... Aquí crean todo tipo de artefactos mágicos y mecánicos. Además, aquí se encuentra el gran banco, donde se administra todo el dinero de manera correcta... o así era antes. Con este nuevo rey, todo está mal, aunque veas a muchas personas tranquilas", expresó, un poco molesto al final, bajando su voz mientras llegaban a la zona este.
"?Qué pasa con ese rey? Siempre escucho quejarse de él", preguntó Louis con curiosidad mientras caminaba.
"él roba la mayoría del dinero del reino, dejando solo una peque?a parte de las ganancias de los negocios con otros reinos para que la gente no se dé cuenta de que no estamos avanzando económicamente. Pero a mí y a Mei no nos enga?a", respondió molesto en voz baja mientras caminaban.
"?Y por qué no hacen nada? La se?orita Mei es una paladín", dijo, confuso, frunciendo el ce?o.
"Bueno... el rey la expulsó a ella y a otros paladines porque descubrieron lo que planeaba. Aprovechó el último proyecto que dejó el antiguo rey, que estaba a punto de ser lanzado, para hacer creer que era suyo, y con eso se ganó a todo el reino... Es solo una basura", respondió en voz baja.
"Ya entiendo. Y... ?por qué habla en voz baja, profesor?", preguntó Louis, bajando su voz y poniendo una de sus manos al lado de su boca.
"Los ciudadanos son muy molestos y defensores de su rey, por eso hay que evitar decir algo malo de él cerca de ellos", respondió, acercándose a Louis para evitar que lo escucharan.
"Entiendo... Al parecer, hay problemas en todos los reinos", mencionó Louis, recordando su propio reino y tomando una mirada triste.
"?Tu reino también? Hmm... bueno, creo que es algo normal. Por cierto, ese collar azul que tienes, ?de qué es? No creo que sea una piedra común", preguntó con curiosidad.
"?Debería decirle?...", pensó, recordando el pasado mientras miraba su collar... Luego lo tomó y lo presionó levemente. "Es un regalo de mi padre y mi maestro. Es un collar con magia celeste. Me ayuda a controlar mis poderes y tiene un conjuro para que no pueda quitármelo", respondió, tratando de no mostrar su tristeza y ocultando su mirada.
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"Magia celeste... ?pero qué interesante!. Algún día quiero conocer a tu padre y a tu maestro", dijo, muy interesado, dejando el tema de lado.
"Si supiera... seguramente me sacaría al instante de la casa", pensó Louis, manteniendo su mirada apartada.
"Bueno, vamos ahora... ?a la zona oeste! Aquí se encuentra todo tipo de comida: frutas, verduras, legumbres, etc. Además, están los restaurantes y los centros de entretenimiento de la ciudad. Si invitas a alguien, te recomiendo el restaurante Dinat, ?cocinan de maravilla!", dijo, comprando dos manzanas y dándole una a Louis. "?Además! Aquí se encuentra la agencia PT de Mei, pero están encubiertos para evitar sospechas", susurró a Louis al oído.
"?En serio? ??La saludamos!?", dijo Louis, ansioso por verla.
"Ehh... mejor no", expresó, un poco disgustado, dándole un mordisco a la manzana.
"?Qué? ?Por qué?", preguntó, extra?ado, dándole un mordisco a la manzana también.
"Mei es muy..." Antes de terminar su oración, fue interrumpido.
"?Mei es muy... qué?", repitió Mei con su dulce y suave voz, detrás de ellos, con un comunicador en la mano. A su lado estaba una chica de apariencia fuerte y decidida. Su cabello era largo, de un tono oscuro con puntas te?idas de rojo. Sus ojos eran de color rojizo azulado intenso y medía 169 cm. Llevaba una camisa blanca de botones, pantalones de un tono oscuro azulado, una chaqueta oscura de estilo moderno, zapatos blancos con rayas negras y, en su pecho, tenía una gema roja circular del tama?o de una manzana.
"Te he llamado diez veces, ?es urgente!", expresó Mei, molesta.
"Dejé mi comunicador, lo siento. ?Qué cosa es tan urgente?", preguntó curioso, rascándose la cabeza.
Mei vio a Louis y una idea pasó por su cabeza al instante. "Louis, ?por qué no vas con Kassie a una misión fuera de la ciudad? Los presentaré... Kassie, él es Louis A. Keeper, paladín del reino Alahead. Louis, ella es Kassie Matther, del reino de los Aquamirae".
"?Mei!", exclamó Kassie, nerviosa.
"Ah, lo siento, lo olvidé. Olvida lo último, Louis. Kassie, ve con él a la cosecha del este", dijo, para luego acercarse al profesor. "Jonathan, necesito que me digas dónde consigues tus escudos invisibles", dijo en voz baja, mirando si nadie los escuchaba.
"?No me llames Jonathan! Y... ?para qué quieres un escudo invisible?", expresó, un poco molesto.
"?Ese imbécil! Dejó a los agricultores sin escudo, además, no hay ni un solo guardia con ellos. Hay que solucionarlo rápido", expresó, molesta, bajando un poco la voz para que nadie la escuchara. "Chicos, vayan rápido, necesitan su ayuda allá. Ririam dijo que están entrando algunas criaturas, así que tengan cuidado".
Louis volteó a ver a Kassie y la saludó. "Mucho gusto en conocerte", dijo, inclinando su cabeza.
"Gracias, igualmente... creo", respondió, extra?ada por el gesto de Louis. "Bueno, sígueme, tenemos que ir rápido a la zona este", dijo, tomando la mano de Louis y levantando la otra para pedir un auto.
Mientras iban en el auto, Kassie preguntó curiosamente: "?Esos son lentes de contacto?".
"?Qué son esos?", preguntó Louis, confuso por la pregunta.
"?No lo sabes? Vaya, ?tus ojos son naturales! Qué increíble...", expresó sorprendida, apoyándose en su codo mientras miraba hacia la ventana.
"Gracias...", dijo Louis, alegrándose. "En serio, este reino es increíble, tiene muchas cosas que no conozco y gente diferente", pensó Louis.
Louis y Kassie se mantuvieron en silencio hasta llegar a la salida del sur.
"?Este lugar es increíble!", comentó Louis, bajando del auto y viendo algunos aparatos tecnológicos que usaban las demás personas.
Kassie le pagó al conductor para luego acercarse a Louis, confusa por su comportamiento. "?Tú crees? Yo lo veo normal...", expresó desinteresada al ver los aparatos. "?En tu reino no hay tecnología así?", preguntó mientras caminaba hacia la salida del reino.
"Para nada, todo esto es nuevo para mí", respondió, sonriendo mientras seguía a Kassie y miraba los objetos.
"Ya veo... Se?or, ?puede llevarnos a la zona de agricultura del este, por favor?", expresó Kassie de manera respetuosa.
"?Por supuesto, suban! Serán 150 ystires", respondió el conductor del carruaje.
"?Una cabina para el conductor! Increíble... Mucho mejores que los de mi reino", mencionó al ver el carruaje, mientras el conductor se presentaba a Kassie como Marti.
"Por cierto... ?qué te trae a este reino, Louis?", preguntó ya dentro del carruaje, mientras Louis subía.
"Mi maestro me dijo que tenía que salir a ver el mundo para volverme un mejor paladín, pero creo que principalmente lo hice para cambiar mi vida", respondió con sinceridad y calidez en su voz, mientras el carruaje iba a toda velocidad.
"Tu voz...", expresó Kassie, sorprendida sin pensar.
"?Mi voz?", repitió Louis, confundido, moviendo su cabeza a un lado.
"Olvídalo...", mencionó, desviando su mirada hacia la ventana del carruaje. "Entonces, ?no buscas avanzar en el ranking de paladines?", preguntó mientras seguía viendo por la ventana.
"?Hay un ranking? No lo sabía. La verdad, lo único que quiero es vivir en paz y no ser juzgado, ayudando a todas las personas que pueda. No me interesa para nada un ranking, aunque puede ser emocionante estar en un ranking", respondió con sinceridad y con su voz cálida nuevamente.
"Ya veo... (Otra vez esa calidez, como mi hermano... Pero, ?cómo genera ese sentimiento de seguridad?)", pensó, notando nuevamente la voz cálida de Louis y sintiéndose segura con él.
De pronto, rugidos de criaturas se escucharon a lo lejos.
"Esos fueron rugidos de Linfari y Quiritánidas", dijeron Louis y Kassie al mismo tiempo. Kassie se sorprendió de que Louis supiera de estas criaturas. "Se?or, deténgase, tenemos que ver qué pasa", Kassie golpeó la ventanilla de metal que estaba detrás de ella, haciendo que el conductor detuviera la marcha.
"?Ay, por Dios! ?Qué hacen esas criaturas aquí?", expresó Marti, atemorizado al verlos.
Louis y Kassie salieron y vieron a las dos criaturas luchando en una laguna cercana.
"Debo ir y sacarlos de aquí. Tú ve a la cosecha del sur", mencionó Kassie, quitándose los zapatos y comenzando a correr hacia la laguna.
"?Espera! Puedo ayudar, soy bueno nadando", dijo Louis, observándola irse.
"Prefiero hacer esto... sola, por favor", expresó ella, con nerviosismo evidente en su voz y con un rostro preocupado, deteniéndose por el comentario de Louis.
"?Eh? ... Está bien, iré a la cosecha", respondió Louis, notando su reacción y regresando al carruaje. "Se?or Marti, siga hacia la cosecha".
"Trataré de llevarlo, pero la verdad no quiero estar mucho tiempo por aquí al ver ?esas cosas!", respondió. Comenzó la marcha; el carruaje iba tan rápido que se estremecía.
"?Se?or... no cree...! ?que podría ir un poco... más calmado!", exclamó Louis, golpeándose contra las paredes del carruaje debido a la velocidad a la que iba y las bruscas vueltas.
"?No puede ser, áGUILAS GIGANTES!", gritó, mientras doblaba con tanta fuerza que el carruaje terminó volcándose.
"?Se?or, se encuentra bien?", preguntó Louis, preocupado al salir del carruaje.
"Sí, por suerte compré un seguro", respondió, asomándose por la puerta de la cabina.
"?Salga rápido! Tengo que dejarlo en un lugar seguro", mencionó, sacándolo del carruaje sin esfuerzo.
"?Pero... mis caballos!", expresó Marti mientras corría junto a Louis.
"?Ellos estarán bien! Las águilas no los cazan porque son muy duros y pesados", respondió, mientras se dirigía hacia una caba?a.
"Creo que aquí estará bien... Métase dentro, después vendré por usted", comentó, observando el lugar y dirigiéndose nuevamente donde estaban.
"?Espera, planeas dejarme solo!", expresó con temor, agarrando la gabardina de Louis.
"Oiga, ??qué hace!? ?Suélteme! Tengo que ir a ver si alguien más necesita ?mi ayuda!", gritó, forcejeando con Marti.
"?No te dejaré ir! ?Qué haré si hay un monstruo cerca? Tienes una insignia de reconocimiento y tienes una katana, debes ser muy fuerte, así que ?prote...ge...me...!", gritó sin soltar la gabardina.
"?No sea egoísta...!" Louis jaló con más fuerza, pero una gran explosión sónica detuvo su discusión.
"Te dije, hay monstruos cerca", expresó con temor, poniéndose detrás de Louis.
"Eso fue magia sónica...", dijo, mientras rodeaba la caba?a para ver dónde fue la explosión. "La caba?a está destruida", pensó, y después escuchó algo moviéndose en los arbustos. Tomó su posición para sacar su katana, mientras Marti estaba a su espalda.
"?Finalmente, personas! ?Por favor, ayúdenme! Mi esposo está herido", expresó con lágrimas en su rostro, acercándose a Louis.
Adentrándose en la cosecha, Louis siguió a Mari hasta donde estaba su esposo. Louis trató de sentir su pulso, nervioso al ver el agujero que tenía en el estómago el hombre, pero ya era muy tarde para ayudarlo.
"?No, por favor! Haga algo...", ella se arrodilló junto a su esposo y observó la insignia en la cintura de Louis. "Eres un paladín, debes tener magia para ayudarle, por favor", expresó entre lágrimas y desesperación al lado.
"Lo siento... pero mi magia no puede ayudar a nadie", respondió, sintiendo culpa y resignación. "Maldición, si hubiera llegado antes", pensó, golpeando el suelo.
"?Cómo es posible?... ?Qué pasó? Se suponía que los escudos nos protegerían y que había caballeros cuidando la zona", comentó mientras abrazaba a su esposo y sus lágrimas seguían cayendo de su rostro.
"??Qué ocasionó esto?!", preguntó Louis con seriedad en sus palabras.
"Un hombre lobo... Entró en la madrugada en nuestra cosecha y... Tratamos de correr, pero mi esposo se sacrificó para salvarme... para salvarnos. Después, alguien más me ayudó, pero creo que sigue peleando con él", respondió mientras tocaba el rostro de su esposo y su panza.
"Un hombre lobo..." Pensó Louis sorprendido. Detrás de él, una figura gigante y robusta se levantaba de la cosecha.
"?Cuidado!", gritó Martí, abriendo los ojos al ver la figura.
Louis volteó, pero al instante fue golpeado en el rostro y salió volando lejos, chocando con el suelo y la cosecha.
"Te encontré... Jajaja, sabía que no te irías por ese hombre y, vaya, ahora tenemos más presas. ?Ahora todos recibirán mi ira, TODOS!", expresó de manera sádica, mientras Mari abrazaba a su esposo y Martí caía al piso del miedo.
Con un gran impulso, Louis atacó con su katana al hombre lobo, pero este cubrió el ataque con sus garras. Después, él y Louis intercambiaron ataques contundentes, chocando las garras con la katana. El hombre lobo lanzó un ataque con mayor fuerza, pero Louis lo desvió con la katana.
"?Ten, maldito!", Louis le dio un pu?etazo en la cara, haciendo volar al hombre lobo mientras chocaba con toda la cosecha hasta chocar con el suelo, dejando un gran rastro.
Louis comenzó a crear con su magia dos perros de lava. Esforzándose mucho, hizo que las patas se hicieran totalmente de roca para no quemar el suelo y creó una piel de roca sobre ellos. Mientras lo hacía, su ojo rojo comenzó a brillar. Mari y Martí lo miraban perplejos por la magia que poseía.
"Deben alejarse lo más que puedan. Ellos cuidarán de ustedes, puse esta roca como piel sobre ellos, pero igualmente traten de no tocarlos", dijo para luego seguir el rastro que dejó el hombre lobo.
"Un ni?o... ??Un ni?o me hizo esto?!", gritó furioso, tratando de levantarse mientras presionaba sus pu?os contra el suelo por la furia. "?Maldito!".
"?Ríndete y entrégate para que seas juzgado por tus actos!", comentó Louis mientras se acercaba a él.
"?Qué dices? ?Aquí o mueres tú... o muero yo!", gritó, levantándose y corriendo hacia Louis, tratando de cortarlo con sus garras, pero cortando la cosecha en vez de a Louis.
"Tengo que alejarlo lo más posible", pensó mientras lo esquivaba y se alejaba de la cosecha a gran velocidad hasta llegar a un bosque.
"?Qué pasa, ahora corres? Jajaja", dijo mientras continuaba atacando con sus afiladas garras, dejando grandes rayones en los árboles. Soltó astillas por todas partes y una de ellas cortó la mejilla de Louis.
Louis analizaba sus movimientos, esquivando sus ataques con facilidad, ignorando la peque?a herida que, al instante, comenzó a curarse.
"Tú... tienes magia, ?malditos magos!", gritó furioso, atacando nuevamente con sus garras. Louis lo esquivó y un árbol comenzó a caer debido a que despedazó gran parte del tronco con sus garras.
Louis calentó su katana al rojo vivo y cortó las garras del hombre lobo. Luego le dio un pu?etazo en la mandíbula, haciendo que el hombre lobo saliera volando y chocara contra un árbol.
"Maldición, debí regresar para crear el artefacto... No moriré por un mago, menos por un ni?o. Trataré de atormentar su mente y, si gano, tendremos más oportunidad con su magia", pensó el hombre lobo, levantándose mientras el árbol con el que chocó caía al suelo. Luego, hizo que sus garras crecieran mucho más que antes y ahora eran de color negro.
Los dos se quedaron viendo por un momento hasta que... ?Ambos se acercaron y comenzaron a chocar garra contra espada!
"Se volvieron más duras... En los libros que leí no decía nada de eso", pensó Louis mientras continuaba atacando y parando los ataques.
El hombre lobo estaba logrando que Louis retrocediera hasta llevarlo cerca de un acantilado. Louis se dio cuenta y, con su mano, lanzó peque?as gotas de lava al pecho del hombre lobo, haciéndolo quejarse del ardor. Luego cortó nuevamente su pecho.
"?Maldito!", gritó furioso, presionando sus dientes con fuerza mientras salía sangre de sus encías y se abalanzaba hacia Louis para atraparlo con ambos brazos.
Louis saltó encima de él y cubrió su pu?o de lava, golpeando su espalda, haciendo que cayera al suelo y se quejara del dolor.
"Con eso debería ser todo", mencionó Louis mientras hacía que la lava perdiera su temperatura.
"Lava... No es justo...", pensó mientras soportaba el dolor y respiraba con cansancio. "?No perderé por magia!", gritó, usando toda su fuerza con su brazo para atacarlo.
Louis bloqueó el ataque, pero logró cortarle el brazo izquierdo y Louis tomó un paso atrás.
"Jajaja, lo hice, ahora solo debo...", pensó mientras reía y observaba a Louis herido.
El hombre lobo parpadeó y Louis había saltado frente a él. Tomó la cabeza del hombre lobo, golpeándola contra la tierra, quebrándole la nariz. Después, Louis levantó su cabeza y la soltó, haciendo que cayera de espaldas. Cansado y agotado, el hombre lobo no se levantó más.
"Puedo sobrevivir a estas heridas, pero este chico no me dejará ir. Mi muerte no significa nada, igualmente ellos ya están casi preparados... Jeh, 240 a?os valdrán la pena si estos bastardos mueren", pensó mientras respiraba con cansancio.
Trató de retroceder un poco, pero sentía que estaba en la punta del acantilado.
" 'Suspiro' Ya mátame, no quiero seguir viéndote...", dijo después de ver el rostro de Louis, que reflejaba lástima, mientras su brazo izquierdo se curaba.
"No...", respondió Louis, guardando su katana.
El hombre lobo estaba dispuesto a todo, pero... tratando de continuar la batalla, resbaló.
Louis logró tomar su mano y trató de levantarlo, pero...
"Jejejeje, ?muerte a los magos!", expresó sádicamente y, con sus garras, rasgu?ó la mano de Louis, haciendo que lo soltara.
Ante esta acción, Louis miró con lástima cómo el hombre lobo caía. Después dio la vuelta, cerrando sus ojos.
Mientras caminaba, Louis vio el cadáver del cazador a lo lejos. Se acercó y trató de llevárselo, pero no pudo. Un miedo dentro de él llenó su mente; sus manos temblaban incontrolablemente.
"Necesito ayuda de Kassie", expresó con tristeza y continuó su camino.
Louis llegó con Martí y Mari, llamó a los perros para que se acercaran y los absorbió con sus manos.
"?Estás bien?", preguntó Martí después de ver el brazo de Louis.
"Sí, solo logró cortar mi gabardina y mi guante. ?Puedes venir conmigo? Necesito ayuda para llevar los cuerpos, usaremos a tus caballos", respondió Louis con seriedad.
"Claro... Vamos", respondió Martí, siguiendo a Louis.
Louis y Martí tomaron los caballos para poder llevar los cadáveres, cubriéndolos con mantas que tenía Mari en la caba?a.
"Al parecer, las águilas se fueron. Vamos", comentó Louis después de observar el cielo al salir del terreno de la cosecha del sur.
"?Louis!, por aquí", gritó Kassie a lo lejos mientras corría hacia él.
"Kassie...", pensó Louis al verla. "?Pudiste ahuyentar a las criaturas?", preguntó cuando Kassie logró acercarse.
"Sí, fue un poco difícil, pero sí", respondió, un poco cansada. "?Qué... pasó?", preguntó con una mirada perdida al ver los cadáveres sobre los caballos.
"Te lo contaré en el camino", respondió, reflejando tristeza y culpa en su rostro.
Louis, Kassie, Martí y Mari lograron regresar al reino y, mientras regresaban, vieron caballeros dirigiéndose hacia la cosecha del sur. Mari ya no podía caminar más por su embarazo, y Kassie la llevó en un auto hasta la agencia PT. Louis y Martí llegaron mucho después, entregando los cadáveres a Mei.
Mei y el profesor conversaban en la oficina de Mei.
"Esto es horrible... ?Qué pensaba ese sacerdote al poner a esa basura como rey?", expresó Mei, molesta y triste a la vez, sentada en su silla, presionando sus dos manos.
"Ahora tenemos testigos más cruciales para poder quitarlo de ahí", dijo el profesor Maxwell, sentado en un sofá de la oficina de Mei.
"Igualmente, no es justo... Para nadie. No solo fue en el sur, también murieron cuatro personas en el este y tres en el oeste", replicó, bajando la cabeza con frustración.
"No puedes hacerlo todo, Mei... Estás en un punto muy difícil, pero tenemos que quitar a ese hombre lo más rápido posible. Con lo ocurrido hoy, la gente comenzará a perder la confianza que tenían en él", agregó Maxwell, levantándose de la silla y mirando por la ventana.
"?Y Louis?", preguntó, levantando la cabeza nuevamente.
"El pobre se sentía culpable por no salvar a esas dos personas, pero la mujer embarazada, Mari, logró tranquilizarlo", respondió el profesor mientras continuaba mirando por la ventana.
"Pobrecito... Yo nunca había fallado tanto... Todo siempre me salía perfecto, pero desde que murió el rey... todo se estropeó", comentó con su mirada al suelo.
"Bueno, esperemos que todo salga bien ahora, porque, si no, tendrías que perder la afiliación con la iglesia como último recurso. Bueno, me retiro, Mei, debo hablar con Louis", dijo el profesor, abriendo la puerta de la oficina.
"Claro, iré con Xitlari para ver si los escudos ya fueron colocados". Mei se levantó de su silla y salió junto al profesor.
Louis se encontraba afuera, en el techo de la agencia.
"Louis... ?Estás bien?", preguntó Kassie, caminando por el techo de la agencia con un poco de dificultad.
"Sí, lo estoy, pero... también siento miedo", respondió Louis, un poco calmado, pero sin ninguna expresión en su rostro.
"Pues no lo parece... Me recuerdas a mi hermano. él era igual que tú, se preocupaba mucho por hacerlo todo bien y, si algo salía mal, se sentía culpable, aunque no fuera su culpa. Se hacía el fuerte todo el tiempo", expresó con melancolía, sentándose a su lado.
"?él murió?", preguntó, pero Kassie no respondió. "Lo siento, no debí preguntar eso...".
"Está bien... Me parece que eres muy sensible. Me recuerdas a Xitlari; ella también es muy sensible, como tú. Bueno, espero poder hacer una misión junto a ti algún día", expresó, sonriendo, levantándose y bajando del techo.
"Igualmente", respondió Louis, más calmado, con una peque?a sonrisa en su rostro mientras la miraba irse.
"?Igual a mí? Me pregunto quién es... esa chica llamada Xitlari", dijo mientras se quitaba sus guantes y miraba sus manos. "Por eso querías que me fuera... ?maestro? ?Para aprender que no siempre podré ayudar a todos? ?Será que debía matar al hombre lobo? Pero... igualmente, nunca hubiera podido. Yo... no debo matar a nadie... nunca más".
Fin del capítulo
Espero que hayas disfrutado la historia, seguiré escribiendo para que puedan disfrutar de una historia que los entretenga y toque sus corazones.
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