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Los planos del Profesor Maxwell #2

  En un camino donde el silencio reina... Las pisadas de los caballos metálicos se escuchan... yendo a toda velocidad...

  "?Vamos más rápido!" dijo un hombre con tono temeroso.

  "?Es lo más rápido!" gritó el conductor.

  Una persona con un cuerpo metálico miraba la carroza que iba a toda velocidad. "Esa caja será mía", dijo con una voz robótica.

  De pronto, la carroza se estremeció por la caída de algo encima de ella.

  "?Está encima de nosotros!" expresó un hombre de traje, guardando una caja debajo de su asiento.

  Un ave gigante atravesó el techo de la carroza, tomó al hombre y lo lanzó lejos.

  El conductor escuchó el sonido de un grito alejándose. "?Maldición!" expresó con nervios, sacando una escopeta y apuntando hacia arriba. "?Muere, maldito!" gritó.

  El conductor disparó dos veces, destrozando parte del carruaje, y se escuchó un sonido de aleteo. Luego, solo se oía el rechinido de la carroza y las pezu?as metálicas de los caballos. De pronto, un hombre con una armadura negra apareció frente a él, volando.

  "Creo que fue suficiente", dijo con voz robótica, apuntando con un ca?ón en su mano.

  El conductor hiperventilaba, respirando con dificultad. "?Muérete!" El hombre apuntó su escopeta a la cabeza metálica del que tenía al frente.

  El carruaje explotó, haciendo que restos del mismo salieran volando a toda velocidad en diferentes direcciones. Los caballos metálicos salieron disparados, chocando con árboles. De todo, lo único que quedó intacto fue la caja, que cayó en un río.

  "Jajaja, ?ves, hermano mío? Te dije que era buena carga", mencionó mientras tomaba la caja.

  "Tenías razón, hermano. Lamento haber dudado", expresó con arrepentimiento.

  "Está bien, Jhin. Pude haberme equivocado, pero la caja sobrevivió, así que solo falta abrirla y ver qué tiene dentro. Vamos con Inock", agregó con su voz robótica, subiéndose al águila con Jhin.

  El águila comenzó a alejarse del lugar, y luego se ve una puerta cerrada. La voz del profesor Maxwell se escucha detrás de ella, aparentemente molesto. Se oye un fuerte sonido, como un golpe, y luego los pasos del profesor acercándose a la puerta.

  "?Hanks!" gritó el profesor, abriendo la puerta.

  "?Pasó algo malo, profesor?" preguntó Hanks, llegando desconcertado a la oficina.

  "Llama a Mei. Robaron los planos para mi reactor", expresó muy molesto mientras caminaba.

  "Sí, se?or", respondió Hanks, apresurándose a buscar el número.

  "Y pensar que peleé tanto para que me los regresaran", pensó el profesor.

  Mientras tanto, Louis hacía flexiones de pino en el techo. Usaba una camisa azul, pantalones negros, zapatos negros y un collar azul colgaba de su cuello.

  "?Louis! ?Dónde estás?", preguntó, entrando a la habitación y viendo la ventana abierta. "?Qué demonios haces allá arriba? Baja, tenemos que hablar", dijo asomándose por la ventana y viendo a Louis en el techo.

  "?Enseguida, profesor! Solo termino", gritó mientras continuaba con el ejercicio.

  Después de terminar las flexiones, Louis bajó del techo y tomó ropa para cambiarse mientras escuchaba al profesor.

  "Prepárate. Tenemos que ir a buscar a una paladín que nos ayude a encontrar a los ladrones de mis planos", mencionó mientras observaba a Louis tomar su ropa.

  "?Una paladín? Interesante. ?Puedo tomar una ducha?" expresó con seriedad y un poco de sorpresa.

  "Claro, pero no te tardes", dijo, notando la seriedad de Louis. "?Siempre eres así de serio?" preguntó sarcásticamente.

  Louis lo miró por unos segundos y respondió: "Sí".

  "Bueno, no importa... ?No te tardes!" replicó saliendo de la habitación.

  "Profesor, la paladín Mei lo espera en la cafetería de BlackMyth", dijo Hanks, acercándose al profesor, quien estaba modificando su brazo mecánico.

  "Muy bien. Solo termino esto y ya estaré listo. Ve a buscar a Louis y dile que espere en la entrada", expresó mientras estaba concentrado en su brazo. "?Un momento! ?Dijiste Mei?" preguntó sorprendido.

  "Sí, se?or", respondió Hanks.

  "Raro... Normalmente siempre manda a los demás por estar muy ocupada", comentó para luego regresar a trabajar en su brazo.

  Mientras tanto, Louis se preparaba en su habitación.

  "Una paladín... No he conocido otro paladín además de los de mi reino", pensó Louis mientras se ponía su gabardina. De pronto, alguien tocó su puerta. "Pase".

  "Joven Louis, el profesor Maxwell quiere que lo espere en la entrada", mencionó Hanks después de abrir la puerta.

  "Muy bien, voy para allá", respondió Louis, tomando su katana después de ponerse la gabardina.

  "Debo evitar usar mucha magia. No quiero que me expulsen del reino por ser muy peligroso", pensó mientras salía de su habitación y bajaba las escaleras hacia la entrada.

  "Hanks, recuerda activar el escudo", mencionó mientras bajaba las escaleras.

  "?Lo haré de inmediato!" gritó Hanks a lo lejos.

  "Perfecto, ya estás aquí. Es hora de irnos. Tomaremos un auto para llegar más rápido", dijo el profesor, saliendo por la puerta.

  "?Qué es un auto?" preguntó, mostrando un poco de confusión.

  El profesor Maxwell estaba un poco sorprendido de que no supiera qué era.

  "Son estos". El profesor paró un auto y este preguntó adónde querían que los llevara. "Necesito que nos lleve a la cafetería BlackMyth", indicó al conductor.

  "Así que se llaman autos y no carruajes", pensó Louis, cruzando los brazos.

  "Por supuesto, serán 100 ystires", mencionó el conductor.

  "Entra, Louis", dijo el profesor, abriendo la puerta del auto.

  "?En serio?" preguntó Louis, un poco confuso.

  "Sí, vamos", insistió, dándole un ligero empujón con su mano mecánica.

  Louis y el profesor Maxwell subieron al auto y comenzaron a moverse hacia su destino.

  "?Increíble! ?Cómo es que funciona este... auto?" preguntó Louis con curiosidad.

  Notando el interés de Louis, el profesor comenzó a explicarle cómo funcionaba, hasta que llegaron a la cafetería.

  "Y así funciona un auto. Increíble, ?verdad? Una reliquia de los antiguos. Qué bueno que no perdimos sus planos", expresó el profesor con confianza y alegría.

  "No entendí nada", pensó Louis. "Está increíble, profesor, gracias por su explicación", comentó, esforzándose por ocultar que no había entendido nada.

  "Bueno, hemos llegado. Aquí tiene", el profesor le dio un billete al conductor para luego salir del auto, seguido de Louis.

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  Ambos entraron a la cafetería y, en una esquina, estaba una mujer de cabello corto y ondulado, de color morado y ojos púrpura. Vestía una chaqueta de cuero rosa brillante con detalles metálicos, sobre una camisa negra de cuello alto adornada con un broche elegante. Llevaba pendientes azules que contrastaban con su atuendo y sostenía una taza de café.

  "Cabello morado... ?Increíble!", pensó Louis, tapándose la boca.

  "?Jonathan! ?Cómo estás? Me alegra verte. Hmm, veo que traes compa?ía", expresó con un tono dulce y suave. "Wow, sus ojos son muy bonitos", pensó al ver los ojos de Louis.

  "Hola, Mei... No me llames Jonathan, por favor. Louis, preséntate", replicó el profesor con un suspiro de molestia.

  "Sí, mi nombre es Louis A. Keeper. Mucho gusto, paladín Mei", expresó con respeto, bajando la cabeza.

  "Mucho gusto, Louis, pero no me llames paladín, con Mei está bien", respondió con una suave sonrisa, un poco incómoda.

  "Muy bien, se?orita Mei", mencionó, comprendiendo la petición.

  "?Se?orita? Me gusta eso", pensó, reflejando una sonrisa en su rostro.

  "Y bien, ?los tienes?", preguntó el profesor, un poco desesperado.

  "Sí, los tengo, pero antes me termino mi café y... ?mi pastel!", dijo alegre al ver que el camarero le traía un pastel.

  "Mei... ?Voy a perder mis planos! Son muy importantes, es para mi máquina", expresó molesto, mientras observaba a Louis viendo el mostrador de la cafetería.

  "Bien, me lo comeré rápido. ?Y el chico?", exclamó, entendiendo la situación, para luego darle un bocado al pastel.

  "Viene con nosotros. Es un paladín del reino Alahead, de las tierras del norte", respondió, tranquilizándose un poco.

  "?En serio? ?Un paladín? ?Cómo hiciste que un paladín se quedara contigo? Y, ?por qué no me lo dijiste?", mencionó, observando a Louis, un poco molesta.

  "Oiga, ?cómo funciona esta cosa?", preguntó curioso, tocando el aparato.

  "?Se?or, no puede tocar la cafetera!", dijo la mujer del mostrador, tratando de que no la tocara.

  "Uy... Lo siento... Y esta caja que da vueltas a las cosas, ?cómo funciona?", a?adió, sintiéndose culpable después de que la jarra cayera al suelo, pero su curiosidad lo ganó nuevamente.

  "Vaya a su mesa, se?or", dijo la mujer, molesta.

  "?Estás seguro de que es un paladín?", comentó Mei, viendo el desastre de Louis y dándole un trago a su café.

  "Sí... Al parecer, en su reino no tienen tecnología como esta y por eso es así de curioso, aunque normalmente es muy serio", expresó, decepcionado al ver el desastre de Louis.

  "Lo siento, profesor... Pagaré por lo que rompí", expresó, sintiéndose culpable.

  "Está bien, yo pagaré, pero no toques las cosas", dijo el profesor, recordándole a alguien.

  "Bueno, aquí tengo la lista", exclamó, poniendo un dispositivo holográfico que mostraba a los ladrones. "Al parecer, estos tres son muy buscados, más el de la armadura robótica". El aparato mostraba la información de los ladrones al tocar el dispositivo.

  "??Cómo es que tienen cosas tan increíbles en este reino?!", gritó emocionado al ver el dispositivo. "?Huh? Lo... lo siento, continúe".

  "No te preocupes, sé tú mismo, así es mejor", expresó alegre, tocando la cabeza de Louis.

  "Oye, no le des cuerda", suspiró. "Y bien, ?sabes dónde están?", preguntó mientras el camarero ponía la cuenta en la mesa.

  "Xitlari ya los encontró con sus cámaras, así que solo falta que pagues la cuenta", respondió, sonriendo y terminando su pastel.

  "?Pero qué? ??Cuántos pasteles te comiste!?", preguntó sorprendido y molesto por el total de la cuenta.

  "Uno. Los demás los doné al orfanato. Ay, vamos, no te pongas así. Tus ladrones se encuentran al fondo de la calle este, en un bar", dijo, tomando el dispositivo y levantándose de la mesa.

  De pronto, otro dispositivo sonó. "Xitlari dice que están negociando tu caja", mencionó, provocándolo con una sonrisa en su rostro después de hablar por el comunicador.

  "Bien, lo peor es que mi proyecto te beneficia a ti y me cobras", replicó mientras pagaba la cuenta.

  "Vamos, iremos en mi auto", expresó mientras caminaba hacia la salida.

  El auto de Mei era de color plateado y parecía muy moderno y un poco futurista. Mei subió a su auto y esperó a que Louis y el profesor Maxwell también subieran.

  "?Whoa! Este es más increíble que el que usamos para llegar", expresó Louis, sorprendido al verlo por dentro.

  "Lo es. Bueno, ?nos vamos?", comentó con una sonrisa, encendiendo el auto. Al instante en que Louis y el profesor subieron, Mei comenzó a manejar a toda velocidad para llegar lo más rápido posible.

  "?Mei, ve más lento!", expresó el profesor, temeroso, mientras se agarraba de su asiento y se ajustaba bien el cinturón.

  "?Qué increíble!", expresó Louis, emocionado, sacando la cabeza por la ventana.

  "?De esto hablabas, maestro Rei?", susurró, mientras miraba muchos autos y gente en todas partes. Sus ojos brillaban por lo colorida y bella que era la ciudad.

  Después de un viaje de unos minutos, que solo disfrutaron Louis y Mei, llegaron a su destino.

  "Muy bien, llegamos", dijo, apagando el auto y bajándose.

  "La próxima vez tomaré un auto aparte. ?Cómo es que te permiten manejar así?", preguntó molesto y un poco mareado, bajando del auto con dificultad.

  "?Ahora eres un viejo gru?ón? Vamos, hay que entrar antes de que vendan tus planos", expresó Mei, tomando una actitud más seria y sacando una cimitarra dorada de su maletero, que parecía más una habitación peque?a y muy cómoda.

  "Clara, despierta, hay que trabajar", dijo Mei a su cimitarra.

  De la cimitarra salió una esfera dorada voladora que se posó en el hombro de Mei, y la cimitarra se volvió rosa.

  "?Se?orita Mei tiene un hada! Es increíble, no es fácil hacerse amigo de una", expresó, sorprendido al ver a Clara.

  "Su nombre es Clara. Louis, Clara. Clara, Louis", exclamó con amabilidad, y Clara se acercó al rostro de Louis para saludarlo. "Bueno, es hora, prepárense", mencionó mientras se acercaba al bar.

  "Buenas tardes, se?ores. Pala... Ejem... detective privado Mei. Todos pueden retirarse de aquí, menos los tres que están en la barra y el idiota que está junto a ustedes", expresó con autoridad después de abrir la puerta del bar con fuerza.

  Todas las personas empezaron a salir del bar...

  "?Oigan, primero paguen, sinvergüenzas! Usted me hizo perder mucho dinero, ahora me pagará las cuentas de todos ellos", expresó furioso el due?o del bar mientras se acercaba a Mei.

  "Tenga, le compro todo el bar", respondió Mei, dándole un billete plateado al due?o.

  "?Huh? Imposible... Un billete plateado de un paladín..." Comentó el due?o sorprendido. "?Es cierto? Usted es la paladín Mei Teews. Nunca la había visto en persona, lo siento mucho, ya me voy", continuó, ahora alegre, gritando: "?Ya no tendré que seguir trabajando!".

  "?Paladín? Jajaja, no esperaba esto", mencionó Kein con su voz robótica, levantándose de su asiento.

  "Que no te intimide, Kein, ella ya no es una paladín", expresó confiado un hombre flaco de cabello blanco y traje elegante. "?Huh? ?Maxwell!".

  "?Jamiel, maldita basura! Sabía que me tenías envidia después de que te gané ese premio", gritó el Profesor, molesto, se?alando con su mano mecánica.

  "?Muérete! ?Le pagaste a los jueces!", respondió furioso, se?alándolo también con su mano.

  Kein golpeó la mesa de la barra de un pu?etazo y luego se levantó de la silla. "?Silencio, vejestorios! Así que esto vale aún más de lo que tú nos ibas a dar", replicó Kein, molesto, con su voz robótica.

  "Ah... Bueno... Tal vez un poco más", respondió, Jamiel, asustado y sorprendido por la acción de Kein.

  "Hermanos... primero hay que encargarnos de la supuesta paladín o ex paladín", expresó, burlándose mientras sus hermanos se levantaban de sus asientos.

  "Te haré comerte tus palabras después de arrancarte ese traje", dijo Mei, desenvainando su cimitarra y lanzando un ataque directamente hacia Kein.

  Pero Jhin contrarrestó su ataque con una magia de expulsión que salió de su espada y la lanzó fuera. Después, el águila la tomó y empezó a llevarla por el aire hasta tirarla al suelo con fuerza.

  Inock se acercó para atacar al Profesor, pero Louis paró el ataque y le dio una patada en el pecho, haciéndolo atravesar la pared del bar. Kein tomó por sorpresa a Louis y empezó a volar con su traje, tomándolo del brazo y elevándose a gran velocidad.

  "?Suéltame!" gritó Louis, calentando sus brazos.

  "[Aumento repentino de temperatura] ?Cómo?" Sorprendido por el aumento de temperatura en su armadura, Kein soltó a Louis y este empezó a caer.

  "Demonios, tengo que agarrarme de algo", pensó mientras iba cayendo. Louis clavó su katana en la pared de una casa y luego la quitó para caer al suelo sin da?os.

  "?Ni?o, creo que será mejor que regreses a casa!", gritó Kein antes de estrellarse donde estaba Louis.

  Louis trató de esquivar, pero el impacto lo alcanzó y lo lanzó lejos. Debido al impacto, muchas personas se alarmaron y comenzaron a irse del lugar.

  "Louis, ?estás bien?", preguntó el Profesor Maxwell, saliendo del bar.

  "Sí, estoy bien...", respondió mientras se levantaba del suelo.

  "?No te distraigas, anciano!" Gritó Jhin detrás del Profesor.

  De pronto, el águila cayó encima de Jhin, evitando el ataque al Profesor. El Profesor tomó su distancia de Jhin y comenzó a cargar su brazo con energía.

  Kein corrió hacia donde estaba Louis, sacando una espada de su brazo.

  "?Rubel? ?Qué te pasó, amigo?", preguntó Jhin, sorprendido, quitándose de encima al águila.

  "Desgraciada, ?pagarás por esto!" dijo Inock, furioso, al ver al águila.

  Mei entró al bar con mucha velocidad y empezó a atacar a Inock con su cimitarra. Tenía toda la ventaja, pero Jhin trató de atacarla por la espalda. Sin embargo, Clara paró el ataque. Mei retrocedió y Clara se combinó con la cimitarra, volviéndola dorada.

  Jhin e Inock trataron de acorralar a Mei, pero ella lograba vencerlos a ambos con gran facilidad.

  "?Corte Dorado!" Mei lanzó un círculo dorado de su espada, ambos hermanos trataron de detenerlo, pero este exploto y ambos cayeron al suelo.

  "?Qué pasa? Ni siendo dos ni teniendo esas espadas, ?pueden ganarme?", comentó Mei mientras los miraba en el suelo.

  "?Desgraciada!" Mencionó Inock, furioso, levantándose del suelo.

  "Nosotros podemos, hermano" agregó Jhin, levantándose luego de Inock.

  Mientras tanto, Louis y Kein continuaban peleando, intercambiando golpes con sus espadas.

  "Oye, chico, ?por qué no te rindes? Te daré una parte de los planos. La verdad, me da pesar acabar contigo", comentó Kein al chocar espadas.

  "?Calla!", gritó Louis, calentando su katana al rojo vivo y cortando la espada de Kein.

  "Increíble... Calentó su katana en tan poco tiempo. Debe haber practicado mucho con su magia", pensó Kein al ver la katana al rojo vivo.

  Kein trataba de golpear a Louis con sus pu?os metálicos, los cuales, al ser esquivados por Louis, destruían el piso.

  "??Qué pasa, pelea?!", Louis trató de cortarle el pecho con su katana, pero Kein le tomó el brazo y lo golpeó en el estómago, mandándolo a volar y atravesar la pared de una casa.

  "Perdida de tiempo", Kein se dirigió al bar, pero el Profesor le disparó con su brazo mecánico y comenzó a recibir una descarga que no lo dejaba moverse.

  "Anciano... ?Esto no funcionará!", dijo furioso Kein, soportando la descarga y tomando el brazo mecánico del Profesor, arrancándoselo.

  "Maldito...", el Profesor cayó al suelo mientras sostenía su brazo con su mano izquierda.

  "No debiste meterte en esto, anciano", mencionó Kein, tirando el brazo del Profesor al piso.

  Después, una gran explosión con muchos cortes dorados voló todo el techo del bar.

  "??Qué demonios?! ?Hermanos! ?Están bien?", exclamó preocupado, corriendo hacia el bar.

  Una mano tocó el hombro de Kein y luego destrozó su armadura.

  "[Calentamiento repentino]", el brazo derecho de Kein se desarmó de su cuerpo, dejando al descubierto la piel de su brazo.

  "Tú... ?Cómo es que estás consciente?" Sorprendido retrocedió y apuntó con su brazo izquierdo.

  Louis corrió hacia Kein, quien retrocedía mientras disparaba con su brazo. Louis esquivaba los ataques con facilidad, hasta que la cimitarra de Mei, volando a toda velocidad, golpeó la cabeza de Kein, distrayéndolo.

  Aprovechando la oportunidad, Louis lanzó un golpe directo al pecho de Kein con su mano envuelta en lava. La armadura de Kein se desactivó por completo y él salió expulsado por la espalda, cayendo al suelo.

  "Se acabó" comentó Louis, observando a Kein en el suelo mientras su ojo rojo brillaba levemente.

  "?No se acaba hasta que me mates!", gritó Kein, furioso, apuntando con una pistola.

  La pistola fue cortada por la cimitarra, y el Profesor Maxwell apuntó a Kein con su brazo mecánico, sujetándolo con su mano izquierda. Mei hizo que la cimitarra se posara en la cara de Kein.

  "Malditos sean uste...", mencionó, siendo interrumpido al ser golpeado con el mango de la cimitarra en la cabeza.

  "Se?orita Mei... ?Cómo puede hacer eso?", expresó Louis, sorprendido al ver cómo Mei controlaba la cimitarra con sus manos.

  "Gracias a mi conexión con Clara, puedo hacer esto... ?Estás bien, Jonathan?", preguntó Mei, al ver el brazo mecánico arrancado del Profesor Maxwell.

  "Estoy bien... ?Y deja de decirme Jonathan!", replicó el Profesor, molesto.

  "Ya, ya, toma, Louis, lleva la caja", dijo Mei, entregándole la caja.

  Luego de un rato, un grupo de caballeros llegó al lugar, y Mei estaba hablando con ellos.

  "Profesor, lamento no haberlo protegido", mencionó Louis, mientras miraba al Profesor sentado en el auto de Mei, colocando su brazo de vuelta.

  "No te preocupes, estoy bien, es solo metal... ?Y tú? ?Estás bien, Louis? Recibiste un golpe muy fuerte", preguntó el Profesor Maxwell, mientras reparaba su brazo.

  "Sí, estoy bien, pero...".

  "?Pero?".

  "No, nada, Profesor", respondió Louis, sintiéndose culpable.

  "Escucha, en una pelea cualquier cosa puede pasar, ?no te ense?aron eso?", el Profesor, comprendía como se sentía, pero le extra?aba que un paladín se comportará de esa forma.

  "Sí, pero... Soy un paladín, pude haberlo hecho mejor", expresó Louis, con decepción mientras presionaba sus manos.

  "Te exiges mucho, ni Mei pudo evitar que me pasara esto, y ella tiene más a?os de experiencia que tú. Todos estamos bien, y eso es lo que importa", comentó el Profesor, poniendo su mano en el hombro de Louis.

  "?Y recuerden, no le digan nada al conde!", gritó Mei, acercándose al auto mientras miraba a los caballeros. "?Quieren que los lleve?", preguntó con una sonrisa en su rostro.

  "No, manejas como loca", respondió el Profesor al instante.

  "?Yo sí quiero!" Agregó Louis, emocionado.

  "Iré despacio, no te preocupes. Antes iba así porque era una emergencia. Y bien, ?están tus planos ahí?", expresó Mei con sinceridad.

  "Sí, ahí están... ?Y Jamiel?".

  "Lo amarré a una silla cuando lo vi queriendo escapar con la caja" respondió Mei con su dulce y suave voz.

  "Tú siempre eres la misma", mencionó el Profesor, notando la forma en que lo dijo.

  "Bueno, te dejaré en tu casa. Tengo que ir a la agencia PT" dijo, subiendo al auto.

  "?Agencia?", pensó Louis.

  Mei llevó al Profesor Maxwell y a Louis de vuelta a casa.

  "Muchas gracias por todo, Mei", dijo el Profesor con una leve sonrisa en su rostro mientras cargaba los planos.

  "Gracias, se?orita Mei", expresó Louis, inclinando la cabeza.

  "No hay de qué. ?Avísame cualquier cosa!" mencionó para luego retirarse a gran velocidad en el auto.

  "?Hanks! Abre la puerta y desactiva el escudo", gritó frente a la entrada.

  "?Escudo? No veo nada" exclamó Louis, buscando el escudo, moviendo su cabeza de un lado a otro.

  "Es invisible...", mencionó el Profesor.

  "Profesor, ?cómo les fue?", preguntó Hanks, abriendo la puerta para que pasaran.

  "Todo bien, gracias a Dios", respondió el Profesor, entrando a la casa.

  "Dios...", susurró Louis, recordando algo.

  "Bueno, voy al laboratorio a reparar mi brazo por completo", agregó mientras subía las escaleras.

  "?Se lo da?aron?", preguntó Hanks al casi no notar da?os en el brazo.

  "Un poco, pero ya está casi arreglado. Louis, ve a descansar. Ma?ana hay muchos pedidos que entregar y, además, quisiera llevarte a conocer todo el reino para que no te pierdas, ?entendido?", comentó antes de entrar al laboratorio.

  "Sí, Profesor", respondió Louis, yendo a su habitación.

  Louis entró a su habitación, se quitó su gabardina, puso su katana al lado de su cama y se tumbó, viendo el techo. Luego observó el atardecer por la ventana y finalmente cerró los ojos para dormir.

  Fin del capítulo.

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